La coeducación en los
centros escolares. La rúbrica Wungu, un instrumento
de autoevaluación integral
para la transformación educativa
Coeducation in schools. The Wungu rubric,
a comprehensive self-assessment
instrument
for educational transformation
Anna Tarrés Vallespí |
Miquel
Ángel Essomba Gelabert |
Meritxell Argelagués
Besson |
Universitat Autònoma de Barcelona - España |
Universitat Autònoma de Barcelona – España |
Universitat Autònoma de Barcelona - España |
Recibido: 28-02-2024
Aceptado: 15-05-2024
Resumen
El artículo
presenta una rúbrica de autoevaluación de la coeducación en entornos educativos
con el objetivo de hacer de la coeducación una realidad tangible. Para su
elaboración se ha realizado una investigación-acción en 4 centros educativos en
Barcelona y su Área metropolitana a través de procesos de discusión y acción.
El resultado principal de la investigación es la rúbrica Wungu.
La rúbrica responde a cinco retos: contextualizar la coeducación en el marco
del proyecto educativo; revisar y repensar los procesos y estructuras internas;
impulsar acciones coeducativas que abarquen todos los
tiempos y espacios escolares; promover la sensibilización, formación,
compromiso y cuidado de los equipos educativos; (re)situar las relaciones con
las familias en el epicentro de la estrategia coeducativa.
Palabras clave: coeducación, inclusión, interculturalidad,
interseccionalidad, autoevaluación.
Abstract
The article presents a self-assessment rubric for coeducation in educational environments with the aim
of making coeducation a
tangible reality. For its preparation, action research has been carried out
in 4 educational centers in Barcelona and its metropolitan area through discussion
and action processes. The main result
of the research is the Wungu
rubric. The rubric responds to five challenges: contextualize coeducation within the framework
of the educational project; review and rethink internal processes and structures; promote co-educational actions that cover
all school times and spaces; promote awareness, training, commitment
and care of educational teams; (re)place relationships with families at the epicenter of the co-educational strategy.
Keywords: co-education, inclusion, interculturality,
intersectionality, self-assessment.
1. Introducción
La
investigación-acción comunitaria (IAC) que se presenta, Wungu.
Género y diversidad cultural en la escuela, la implementa el implementa el
Equipo de investigación en Diversidad e Inclusión en Sociedades Complejas
(ERDISC) de la Universidad Autónoma de Barcelona a petición del Departamento de
Educación de la Generalitat de Cataluña y se encuentra inscrita en el marco del
Pacto de Estado contra la Violencia de Género. La investigación es una
de las respuestas de dicha
administración educativa frente a la pervivencia de un marco escolar
eminentemente androcéntrico y de una práctica coeducativa existente pero no generalizada,
ni mucho menos consolidada ya que, a pesar de las numerosas leyes decretadas a
favor de la igualdad entre mujeres, hombres y personas no binarias, la
coeducación sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema escolar.
En el estudio se parte del reconocimiento que las relaciones de
convivencia que deben producirse en los centros escolares están condicionadas
por factores de género y cultura. Wungu[1] nace
para apoyar la construcción de una sociedad más inclusiva, basada en la
igualdad de derechos y fundamentada en la convivencia, conforme a las
disposiciones del ordenamiento jurídico.
El proyecto se justifica a través de una serie de marcos normativos
que establecen el contexto de acción en materia de género y cultura en la
escuela, pero sobre los que falta evidencia científica consolidada. La Ley
Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, de Educación (LOMLOE) tiene entre sus
principios rectores la igualdad entre mujeres y hombres e indica que los
centros deberán incluir en su proyecto educativo las medidas que desarrollen
para favorecer y formar en igualdad, incluyendo la educación para la
eliminación de la violencia de género, el respeto por las identidades,
culturas, las sexualidades y su diversidad, así como la participación activa
para hacer realidad la igualdad.
En Cataluña, el artículo 30 de la ley 12/2009, de 10 de julio, de
Educación, expone en el primer apartado que “el aprendizaje de la convivencia
es un elemento fundamental del proceso educativo y así debe expresarlo el
proyecto educativo de cada centro”. Así mismo, el Plan Estratégico de Educación
vigente, bajo el título La escuela de 2030, diez retos para el futuro de la
educación, establece que uno de los retos sea la educación afectiva y
sexual de todo el alumnado. Y, en tercer lugar, la ley catalana 17/2015, de 21
de julio, de igualdad efectiva de mujeres y hombres, en su artículo 21 expone
que:
“[…] la
Administración educativa, para hacer efectivo el principio de coeducación y
fomento de la igualdad efectiva de mujeres y hombres que establecen los
artículos 2.1.m y 43.1.d de la Ley 12/2009, de 10 julio, de educación, debe
incorporar la coeducación a todos los niveles y modalidades del sistema
educativo y debe introducirla en la programación educativa y los currículos de
todos los niveles, a efectos de favorecer el desarrollo de las personas al
margen de los estereotipos y roles en función del sexo, garantizar una
orientación académica y profesional libre de sesgos sexistas y androcéntricos y
evitar toda discriminación asociada al sexo. Asimismo, debe promover la
investigación en materia de coeducación y velar por incluirla en los
currículos, los libros de texto y los materiales educativos.” (Ley 17/2015:
79000).
Finalmente, la ley catalana 11/2014, de 10 de
octubre, para garantizar los derechos LGTBI y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, expone en el artículo 12 que:
“3.
El principio de coeducación debe incorporarse a los planes de acción tutorial y
a los planes y reglamentos de convivencia de los centros educativos.
4.
Los contenidos de los materiales escolares, educativos y formativos, en
cualquier formato, y el lenguaje que se utilice deben tener en cuenta la
diversidad en cuanto a la orientación sexual, la identidad de género y la
expresión de género y evitar cualquier tipo de discriminación por este motivo.”
(Ibídem:
10).
Ante este panorama, la investigación-acción
comunitaria diseñada ha pretendido contribuir a la generación de un instrumento
inédito que para, desde una dimensión de investigación, radiografiar el estado
de la coeducación en los centros escolares y, desde una dimensión de acción,
avanzar hacia la inclusión educativa, mediante una herramienta de autoevaluación que permita identificar por parte
de los centros escolares, los mecanismos simbólicos y materiales que siguen
obstaculizando el camino hacia la igualdad efectiva y el logro del éxito
educativo de todo el alumnado, como primer paso para la transformación de las
comunidades educativas.
2. Antecedentes y fundamentación teórica
La desigualdad de género es un fenómeno estructural, transversal y
multifactorial que en nuestra sociedad muestra como separadas la esfera
productiva y la reproductiva del trabajo y asigna posiciones diferentes a
través del sistema sexo-género binario a partir de las diferencias percibidas y
asignadas a hombres y mujeres, donde estas últimas son discriminadas (Rousseau,
1984).
Ante ella, una acción educativa fundamentada en la coeducación permite
el reconocimiento de las potencialidades e individualidades del alumnado,
independientemente de su sexo o género, para potenciar una igualdad real de
oportunidades y favorecer la consecución del éxito educativo (Subirats, 2017). Los centros educativos, en tanto que
espacios sociales complejos en que el alumnado de diversas
etnias, religiones, lenguas y condiciones económicas se encuentran, pueden contribuir a la neutralización de
situaciones de discriminación, ya sea por razones de género, de origen social u
otras, mediante la promoción de acciones educativas transformadoras que adopten
una perspectiva interseccional.
Coeducar significa educar en la igualdad desde las diferencias,
velando por proporcionar al alumnado una experiencia enriquecedora de la
diversidad (Bou, Casanovas,
Carro y Monsech, 2013). Coeducar implica un
proceso intencionado de intervención a través de estrategias para modificar las
relaciones de poder ligadas a las limitaciones estereotipadas por género. La
acción coeducadora a nivel de aula, pero también a
nivel de centro y entorno, es fundamental para prevenir violencias y para
reducir conductas de riesgo y relaciones abusivas (Peraza y Carreras, 2011).
Por todo ello, coeducar supone apostar por una intervención en clave comunitaria
que interpele a todos los agentes educativos de un territorio en el marco de un
proyecto compartido.
La coeducación es un proceso vivo y en constante evolución que no se
restringe a la transmisión de conocimientos en el marco de una área o
asignatura específica, sino que implica un proceso de reflexión para la
construcción social común, integrando la diversidad de experiencias y de
opiniones, en la revisión y el análisis de los procesos educativos (Peraza y
Carreras, 2011).
Dicha coeducación no puede suceder en un contexto de neutralidad
cultural, ya que nuestro contexto social se caracteriza precisamente por la
diversidad cultural. Por ese motivo se debe apelar a la interseccionalidad
cuando se aborde la coeducación, e integrar la educación intercultural de forma
simultánea. La educación intercultural se erige como una respuesta pedagógica a
la exigencia de preparar a las personas para que puedan desarrollarse en una
sociedad diversa y democrática, desde relaciones de confianza y de
reconocimiento mutuo, y no sólo de tolerancia, ya que la tolerancia no implica
reconocimiento de la diversidad, ni posibilita la construcción compartida
basada en el diálogo (Besalú, 2018). La
interculturalidad acoge todas las diversidades posibles, incluida la identidad
de género y la diversidad de orientación afectiva y sexual. Por lo tanto, sólo
es posible comprender el valor de la diversidad desde una mirada amplia que
incluya el género y la cultura (Iglesias y Guardiola, 2018).
Tanto la coeducación como la interculturalidad tienen una clara
voluntad transformadora a través de la promoción de estrategias para modificar
las relaciones de poder, de abuso y las limitaciones fundamentadas en
estereotipos. En este sentido, es capital adoptar una óptica que permita
comprender al alumnado desde su globalidad, complejidad y dinamismo, para
posibilitar su desarrollo integral en condiciones de igualdad (Iglesias, 2014).
En el caso de las familias, conjugar la mirada intercultural y coeducativa
implica apostar por la comprensión del sistema de creencias y prácticas de los
progenitores para rehuir las visiones simplistas y estereotipadas, apostando
por procesos que posibiliten un cambio en actitudes y creencias, y no solo la
adquisición de conocimientos teóricos (Enguita,
1996).
Como nos recuerda Subirats (2017), sin una
mirada crítica, se hace imposible identificar los mecanismos que contribuyen a
perpetuar las dinámicas discriminatorias situando la igualdad como un hito
inabarcable. Por ello, a pesar de que la escuela mixta no está diseñada para
generar y perpetuar las desigualdades de género, sí que puede contribuir a
legitimarlas y reproducirlas (Peraza y Carreras, 2011).
En el centro educativo se imbrican redes complejas entre el alumnado,
el equipo docente y directivo, las familias, el personal de administración y
servicios, así como otros profesionales, generando interacciones que producen
diariamente la cotidianidad y contribuyen a generar un determinado clima que
puede favorecer o entorpecer los procesos de transformación y hasta los
procesos de enseñanza-aprendizaje. Por ello, la calidad de las relaciones que
se establecen no es una cuestión superflua o periférica a los resultados
académicos; más bien lo contrario, por lo cual es capital que la escuela
resitúe en el epicentro de su proyecto educativo el cuidado de la dimensión
relacional (Collet y Tort,
2011). Hacerlo supone apostar, entre otros, por el fomento de la adhesión
educativa que posibilita que el alumnado y sus familias se sientan parte de un
proyecto compartido, una condición necesaria para avanzar hacia el éxito
educativo (Martínez y Albaigés, 2012).
Para profundizar en las dinámicas que se producen en los centros
educativos se requiere adoptar una perspectiva de análisis que permita ahondar
en la comprensión de los hábitos, las relaciones de poder, el lenguaje, la
estructura social, la burocracia, la historia, etc. En este sentido, parece
adecuada la metáfora que equipara el centro educativo con un país, que, como
tal, cuenta con una cultura y una estructura social propia (Collet,
Besalú, Feu y Tort, 2014). Esta aproximación ofrece la oportunidad
de trabajo en el ámbito de las relaciones familias y escuela, desde el permitir
profundizar en el conocimiento, sobre como los centros educativos producen una
determinada cultura práctica que facilita o limita, incluye o excluye la
producción de un determinado tipo de vínculos con las familias, evitando, así,
reforzar las desigualdades de partida (Consejo Escolar del Estado, 2015).
Una perspectiva que no considere elementos estructurales e
institucionales de participación familiar, “de maneras más o menos implícitas,
responsabiliza en última instancia a las propias familias del alto o bajo grado
de adecuación, adaptación y pertenencia a la cultura escolar y de sus
consecuencias” (Collet, Besalú, Feu y Tort, 2014: 9). A pesar de que el término
implicación parental se usa de forma genérica, estos autores afirman que nunca
se hace desde la neutralidad, porque responde a un modelo de relación entre
familias y centro escolar.
Finalmente, se constata la parcialidad del conocimiento al no incluir
la perspectiva de género en los procesos de investigación, especialmente al
tratar de explicar la participación de los padres -como sujetos masculinos- en
la escuela: el papel de la diversidad cultural y el género (Fleischmann
y De Haas, 2016), donde se constata, por un lado, que
las diferencias étnicas o la diversidad cultural en la participación de las
familias se explican por los bajos niveles educativos y las competencias
lingüísticas de las minorías étnicas, y no pueden atribuirse a diferencias en
la composición y motivación del hogar. Si bien las habilidades, los recursos y
la motivación tuvieron éxito al explicar las formas diferenciales de
participación de los padres y las madres, estos factores no pudieron explicar
las grandes diferencias de género en la participación de los padres y madres, y
donde se evidencia también que la participación de las madres y de los padres
varía en términos de género, educación y antecedentes sociales, o nociones de
'institucional' y 'habitus familiar' (David, Ball, Davies y Reay, 2003).
Todo ello puede comportar incorporar concepciones dominantes y
prácticas de atribución, adquisición y justificación del conocimiento que
sistemáticamente pongan en desventaja las mujeres; porque se las excluye de la
investigación, se les niega autoridad epistémica o se denigran los estilos y
maneras del conocimiento femeninos. Por lo tanto, a nuestro entender, se hace
necesario promover investigaciones que incorporen la perspectiva de género para
lograr un conocimiento más integral y profundo desde el cual, analizar
críticamente las desigualdades en términos de género y origen en los centros
educativos. Y, si bien es cierto que desde la sociología el estudio de las desigualdades
de género se ha abordado de manera extensa, cuando avanzamos hacia un enfoque
aplicado y específico en el marco de las relaciones familia-escuela como
barrera para conseguir el éxito educativo, parece que la condición de género se
diluye.
A partir de dicha base teórica, la investigación-acción realizada
estableció dos grandes objetivos: por un lado, y desde una
dimensión de investigación, comprender cómo operan las desigualdades de género
sobre los procesos de adhesión educativa en un contexto escolar con familias de
origen diverso y contribuir así, a cubrir un vacío de conocimiento. En segundo
lugar, y desde una dimensión de acción, generar instrumentos inéditos que,
desde una perspectiva centrada en la coeducación y la interculturalidad y
basada en las evidencias generadas a través de la misma investigación,
permitieran avanzar en la superación de las desigualdades del sistema escolar y
promover el éxito educativo de todo el alumnado.
Este segundo objetivo es el que abordamos con mayor
profundidad en este artículo, fruto de la revisión
de herramientas publicadas en los repositorios académicos y de la
Administración educativa catalana en su portal específico para la comunidad
escolar xtec.gencat.cat. Un análisis exhaustivo de lo existente ha puesto en
evidencia la escasez de recursos aplicados para promover la autoevaluación en
materia coeducativa en los centros escolares desde una perspectiva comunitaria
y con mirada intercultural, a pesar de que desde la literatura se señala la
importancia de adoptar una perspectiva centrada en la educación comunitaria
para avanzar hacia la coeducación (Tomé, 2019).
En este
sentido, las herramientas para la autoevaluación en materia de coeducación que
han sido revisadas, o bien se centraban únicamente en la dimensión curricular y
de organización de centro (Departament d’Educació, 2020), o bien no afrontaban todas las
dimensiones que la investigación-acción desarrollada ha hecho aflorar
(Cárdenas, Otero
y Monreal, 2022), o se han diseñado para ser respondidas
de manera individual, sin un trabajo más amplio a nivel de centro, o bien se
trata de herramientas de una complejidad considerable o poco específicas
(Alberdi, Lezáun y Uribe-Etxebarria, 2020).
3. Diseño y metodología
La
investigación-acción comunitaria es un método de investigación y aprendizaje
colectivo de la realidad, basado en un análisis crítico con la participación de
los grupos implicados, que se orienta a estimular la práctica transformadora y
el apoderamiento (Essomba, Tarrés
y Argelagués, 2022). A través de esta metodología, se
han promovido espirales de autorreflexión que, de forma cíclica, permiten
conocer las circunstancias y cambiarlas.
Las hipótesis concretas que han orientado el diseño
y desarrollo de la investigación son las siguientes:
Hipótesis 1: Las desigualdades de género que se
producen en el seno de familias pertenecientes a todo tipo de grupos
culturales, se manifiestan -entre otros- en procesos de adhesión educativa
desiguales desde una perspectiva de género y de origen que dificultan la consecución del éxito educativo del alumnado.
Hipótesis 2: La escuela es un espacio social en el
que se proyectan los diferentes modelos de enfoque de género, según las
identidades culturales de los miembros de la comunidad educativa.
Hipótesis 3: Existen prácticas (pedagógicas,
organizativas, de gobernanza) que pueden contribuir a superar las desigualdades
de género existentes en los procesos de adhesión educativa de las familias.
La investigación-acción comunitaria impulsada en el marco del proyecto
WUNGU, se ha estructurado en cinco grandes fases:
Fase 0.
Generación de las condiciones (octubre 2019 a enero 2020).
Fase 1.
Trabajo de campo empírico (enero a marzo 2020).
Fase 2.
Análisis de los resultados (abril a diciembre 2020).
Fase 3.
Diseño de la rúbrica (enero a marzo 2021).
Fase 4.
Validación de la rúbrica (marzo a julio 2021).
Fase 5.
Diseminación de la innovación (septiembre 2021 a febrero 2023).
La
selección de los centros participantes en la investigación ha sido efectuada
por el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña a partir de
criterios relacionados con los programas de innovación educativa vigentes. En
todos los casos, se trata de centros educativos con un alto porcentaje de
población de origen extranjero ubicada en las ciudades de Barcelona y Esplugues de Llobregat, en el área metropolitana de
Barcelona.
Durante la
fase de generación de las condiciones (Fase 0), se estableció contacto con los
equipos directivos de cada uno de los centros seleccionados para presentar el
proyecto, explicar la
metodología y fundamentar las condiciones de la investigación-acción
comunitaria. A partir de dicho diálogo, se fundamentó y asumió la necesidad de
contar con una o dos personas del claustro para formar parte del equipo
investigador y hacer avanzar la propuesta en cada centro. Estas personas constituyeron, junto con los
profesionales del grupo de investigación, el grupo motor del proyecto, una
estructura de trabajo transversal que posibilitó una mejor aproximación a la
realidad de cada uno de los centros, y permitió afianzar y validar procesos de trabajo desde la propia experiencia y saberes, lo
que contribuyó a incrementar la fiabilidad y robustez, tanto de la
investigación como de los instrumentos generados durante la fase de acción.
Todos los centros contactados durante esta fase accedieron a participar en el
proyecto.
Posteriormente, se inició el trabajo de campo (Fase
1), que se basó en la dinamización de 20 grupos de discusión en los que
participaron un total de 150 personas de las comunidades educativas de la
muestra (direcciones de los centros, profesorado, otras profesionales de los
centros educativos, madres, padres y alumnado). Los grupos se construyeron en
base a un criterio de homogeneidad en cuanto al rol de los agentes educativos y
de heterogeneidad en cuanto a las características socioeconómicas de éstos. La
configuración de los grupos se consensuó con las referentes del proyecto de
cada uno de los centros escolares.
La Tabla 1 muestra la distribución de los grupos de discusión en los
centros participantes.
Tabla 1. Características de los centros de la
muestra
Nombre del centro |
Alumnado |
Profesionales |
Familias |
Centro 1 (instituto-escuela) |
Alumnado de secundaria |
Profesorado de infantil
y primaria Profesorado de
secundaria |
Familias autóctonas Familias alóctonas |
Centro 2 (escuela de primaria) |
Alumnado de primaria |
Profesorado de infantil Profesorado de primaria |
Madres implicadas Padres implicados Familias no implicadas |
Centro 3 (escuela de primaria) |
Alumnado de primaria |
Profesorado de infantil
y primaria |
Madres Padres |
Centro 4 (escuela de primaria) |
Alumnado de primaria |
Profesorado de infantil Profesorado de primaria |
Madres Padres |
Fuente: elaboración propia.
En coherencia con la
metodología de la investigación-acción comunitaria, una vez realizado el
análisis de la información y la elaboración del informe de resultados, se
realizó una devolución comunitaria de las principales evidencias a las
comunidades educativas.
4. Resultados
El análisis
de los datos (Fase 2) se estructuró en 3 etapas: en primer lugar, se realizó un análisis de
contenido; posteriormente, un análisis estructural con el propósito de
identificar y comprender las estructuras subyacentes de los datos aportados; y,
en tercer lugar, se llevó a cabo un análisis interpretativo contextualizado,
con el propósito de profundizar en los argumentos y experiencias de los
diferentes agentes educativos.
4.1. Los resultados y las
dimensiones de la coeducación
En la Tabla
2 se muestran los resultados a partir de los 3 principios epistemológicos de
apoyo en la investigación: la dimensión multicontextual,
la relacional, y la interseccional. Esta
estructura se asume como una estrategia para aproximarse a la realidad desde
una perspectiva de la complejidad social. Así, desde la dimensión multicontextual, el análisis se realiza considerando los
distintos contextos de aula, fuera aula, escuela y sociedad y los hallazgos se
centran en la relación que se establece entre estos sistemas; desde la
dimensión relacional, se profundiza en la vinculación que se establece entre
los elementos del sistema educativo, a saber, profesorado, familias, alumnado y
agentes de la comunidad, más que en los elementos del sistema por sí solos.
Finalmente, el principio de interseccionalidad, es entendido como una
herramienta de acercamiento a la diversidad desde un enfoque integral y que
rehúye la simplificación de la realidad.
Tabla 2. Principales resultados de la
investigación
Principios epistemológicos |
Resultados de la investigación |
Multicontextual |
·
Aprendizaje 1. El
origen de las desigualdades de género no sólo se encuentra fuera de la
escuela. ·
Aprendizaje 2.
Las intervenciones con las familias pueden contribuir a diluir o potenciar
las desigualdades por razones de género y de origen. ·
Aprendizaje 3. La
coeducación en los centros educativos es una realidad impregnada de tonos y
matices: de la coeducación a las coeducaciones. ·
Aprendizaje 4.
Coeducar fuera del aula: más allá del patio escolar. |
Interseccional |
· Aprendizaje 5. Por la perspectiva de género, la
cultura importa. |
Relacional |
·
Aprendizaje 6. El
alumnado puede convertirse en un gran aliado en la labor de los centros
educativos en materia de coeducación. ·
Aprendizaje 7. El
profesorado se siente solo ante los retos que plantea la coeducación. ·
Aprendizaje 8.
Los caminos de las familias no son unívocos. ·
Aprendizaje 9.
Familias y escuela: crónica de un (des) encuentro. |
Fuente: elaboración propia.
En la Tabla
3, se han identificado las principales dimensiones de la coeducación a partir
del análisis realizado, entendidas como aquellos ámbitos clave que deben formar
parte del proceso de diagnóstico de la realidad coeducativa de los centros
escolares.
Tabla 3. Dimensiones de la coeducación según
los resultados
Resultados de la investigación |
Dimensiones de la coeducación |
Aprendizaje 1. El origen
de las desigualdades de género no sólo se encuentra fuera de la escuela. |
· Dimensión cultural · Dimensión identitaria |
Aprendizaje 2. Las
intervenciones con las familias pueden contribuir a diluir o potenciar las
desigualdades por razones de género y de origen. |
· Dimensión comunitaria · Dimensión cultural · Dimensión organizativa |
Aprendizaje 3. La coeducación
en los centros educativos es una realidad impregnada de tonos y matices: de
la coeducación a las coeducaciones. |
· Dimensión curricular · Dimensión organizativa · Dimensión identitaria |
Aprendizaje 4. Coeducar
fuera del aula: más allá del patio escolar. |
· Dimensión curricular · Dimensión organizativa |
Aprendizaje 5. Para la
perspectiva de género, la cultura importa. |
· Dimensión cultural · Dimensión curricular · Dimensión organizativa · Dimensión identitaria |
Aprendizaje 6. El
alumnado puede convertirse en un gran aliado en la labor de los centros
educativos en materia de coeducación. |
· Dimensión organizativa · Dimensión curricular |
Aprendizaje 7. El
profesorado se siente solo ante los retos que plantea la coeducación. |
· Dimensión cultural · Dimensión organizativa |
Aprendizaje 8. Los
caminos de las familias no son unívocos. |
· Dimensión organizativa · Dimensión comunitaria |
Aprendizaje 9. Familias
y escuela: crónica de un (des)encuentro. |
· Dimensión comunitaria · Dimensión cultural |
Fuente: elaboración propia.
4.2. Diseño y validación del instrumento
A partir del análisis
efectuado en la fase anterior, se procedió al diseño de un instrumento, en
forma de rúbrica, para la autoevaluación de la práctica en materia de
coeducación en los centros educativos. De acuerdo con las dimensiones
identificadas vinculadas a los aprendizajes, la rúbrica se ha estructurado en
seis bloques y se compone de un total de 36 ítems:
Bloque 1: Modelo educativo del centro (dimensión identitaria).
Bloque 2: Gestión y organización del centro (dimensión organizativa).
Bloque 3: Contextos de aprendizaje (dimensión curricular).
Bloque 4: Modelo educativo del centro (dimensión identitaria).
Bloque 5: Vínculo con las familias (dimensión comunitaria).
Bloque 6: Creencias y expectativas del profesorado (dimensión cultural).
Cada ítem, ofrece
cuatro opciones posibles de respuesta que se corresponden con cuatro estadios
de desarrollo de la coeducación en el centro identificados y observados durante
el proceso de investigación-acción comunitaria. A cada estadio de desarrollo
identificado le corresponde una puntuación distinta: estadio no iniciado, cero
puntos; estadio básico, un punto; estadio intermedio, dos puntos; estadio
avanzado, tres puntos.
Imagen 1. Muestra de la rúbrica de
autodiagnóstico sobre coeducación en centros escolares Wungu
Fuente: Coeduca’t. Departament d’Educació de la Generalitat de
Catalunya. Traducción propia.
El
instrumento completo se encuentra disponible en el repositorio institucional
del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya[2] y en la página del grupo de investigación ERDISC-UAB en castellano[3].
Una vez
diseñada la rúbrica en base al proceso de investigación efectuado, se procedió
a su validación (Fase 4), en dos etapas: en primer lugar, y con el propósito de
conocer la validez del contenido, se contó con dos juezas externas,
pertenecientes al ámbito académico, expertas en materia de género. Las expertas
emitieron valoraciones respecto: la comprensión, la evaluación, la pertinencia
y la relevancia de cada ítem; posteriormente, en una segunda etapa, se realizó
una prueba piloto en los mismos centros participantes, con el propósito de
evaluar la confiabilidad del instrumento. La validación permitió identificar
mejoras para garantizar la validez del instrumento en su conjunto.
Las referentes de los centros participantes trabajaron como
dinamizadoras en la realización de la prueba piloto a partir del instrumento y
una guía con orientaciones para rellenar la rúbrica, los objetivos de la prueba
piloto, un recurso de apoyo para facilitar la interpretación y una pauta de
valoración de la misma.
El proceso de autoevaluación piloto fue realizado por los equipos
educativos de 3 de los centros implicados, mientras que en un centro se
configuró una comisión de coeducación ad-hoc, formada por profesionales,
familias y alumnado, que impulsaron la prueba piloto de manera conjunta. Cabe
destacar la diversidad de estrategias adoptadas para impulsar la autoevaluación
-una diversidad que ha reportado una rica información sobre las posibilidades
de impulsar procesos de autodiagnóstico - y el grado de inferencia de las
categorías descriptivas propuestas para garantizar la máxima concreción y
precisión de los ítems y la capacidad para generar los mismos resultados con
independencia de la persona o personas que lo respondan (Martínez Miguélez, 2006).
La Tabla 4 muestra el número de observaciones efectuadas por cada
centro en el marco del pilotaje del instrumento.
Tabla 4. Valoración de los ítems
de la rúbrica por parte de los centros educativos piloto
Centro |
Dimensiones de valoración de la rúbrica |
|||
Nº ítems poco concretos/ precisos |
Nº conceptos que no se entienden |
Nº de ítems de poco interés/ no procedentes |
Nº de ítems a incorporar y que no constan |
|
Centro 1 |
0 |
0 |
0 |
1 |
Centro 2 |
2 |
1 |
1 |
0 |
Centro 3 |
1 |
0 |
0 |
0 |
Centro 4 |
3 |
2 |
0 |
2 |
Fuente: Elaboración propia.
La validación ha permitido mejorar la solidez de la herramienta y su
potencial de replicabilidad en distintos contextos.
Quisiéramos destacar que, más allá de la validación de la rúbrica, el
proceso de autoevaluación de la prueba piloto favoreció un espacio de encuentro
(en algunos casos inédito) y de cuidado entre profesionales educativos
participantes. Este es un aspecto que las referentes de los centros
participantes subrayaron y que evidencia el potencial de transformación de la
rúbrica, no solamente desde una perspectiva instrumental, sino también
simbólica.
La experiencia muestra que cualquier proceso de transformación de la
práctica educativa requiere, en primer lugar, establecer un lenguaje común
desde el que repensarse individual y colectivamente a fin de generar códigos
compartidos que permitan avanzar en una toma de decisiones conjunta. En este
sentido, la prueba piloto ilustró la diversidad de significados otorgados al
concepto de “coeducación” por parte de los equipos educativos participantes,
así como la necesidad de avanzar hacia la generación de significados
compartidos para permitir establecer objetivos conjuntos. Por otro lado, la rúbrica propició una
ampliación de los imaginarios colectivos entorno a las estrategias para hacer
efectiva la coeducación en los centros puesto que, para la inmensa mayoría de
las profesionales participantes, la coeducación se relacionaba exclusivamente
con cambios a nivel curricular y, en algunos casos, organizativo.
5. Conclusiones
Fruto de la puesta en práctica y la validación de la rúbrica, emergen
una serie de conclusiones que van más allá de la perspectiva metodológica
planteada. Dichas conclusiones las vertebramos a partir de cinco retos respecto
a la coeducación que, desde una mirada interseccional, hoy día podemos
identificar en los centros escolares.
Reto 1.
Interiorizar y contextualizar la coeducación en el marco del proyecto educativo
del centro
Los resultados presentados coinciden con Otero, Cárdenas y Monreal (2022) en
señalar cómo la interiorización e institucionalización de la coeducación en los
centros educativos es un proceso imprescindible para avanzar hacia la equidad
educativa. En este sentido, si aceptamos que la coeducación es un
proceso que debe sostenerse en el tiempo y que debe adaptarse a las nuevas
condiciones y necesidades sociales, es primordial que cada centro escolar o
educativo resitúe y recontextualice la coeducación en
coherencia con su estructura y cultura para que las intervenciones coeducativas que se promuevan en las aulas sean coherentes
entre sí, pero también con el proyecto coeducativo del centro y, sobre todo, no
dependan de voluntades individuales sino de una cultura institucional.
Los resultados
encontrados en la investigación-acción desarrollada son también consistentes
con lo apreciado por Bonal (1997: 43), quien sostiene
que:
“[…] la escuela coeducativa no
debe limitarse a una intervención anecdótica y atemporal, sino que requiere
introducir nuevos contenidos o proporcionar nuevas actividades que replanteen
la totalidad de los elementos implicados en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, se refiere pues, a las intervenciones desde el plan
escolar, en un proceso de análisis y redefinición de los modelos curriculares.”
Para ello, resulta
imprescindible contar con documentos que establezcan el marco de acción y que
sean el fruto de un consenso entre los y las profesionales del centro. Esta
situación, contrasta con los datos aportados por los centros participantes en
la validación, y que evidencian que la mayoría de los documentos de los centros
educativos no han sido elaborados desde una perspectiva coeducativa. Por
consiguiente, no definen estrategias u objetivos a alcanzar a corto, medio o
largo plazo en materia coeducativa, ya sea en el marco de la acción tutorial,
en el ámbito de la convivencia, o en el ámbito del uso del lenguaje.
Reto 2. Revisar y
repensar los procesos y estructuras internas en clave coeducativa
La transformación
de los ecosistemas escolares basado en la coeducación y la interculturalidad es
un proceso de cocción lenta que requiere de la adopción de un enfoque
comunitario (Essomba, Tarrés
y Argelagués,
2023). Avanzar hacia una escuela coeducativa requiere revisar y repensar los
procesos de planificación estratégica, de sensibilización, difusión y
evaluación, así como también las estructuras de relación, coordinación y
trabajo existentes. En este ámbito, los datos recabados durante el proceso de
validación de la rúbrica ponen de manifiesto que, si bien existe paridad en la
composición de los equipos directivos, y que los centros llevan a cabo acciones
de sensibilización y de fomento de la participación igualitaria, hay procesos
que todavía no se promueven desde una perspectiva coeducativa, tales como la
planificación estratégica, la formación del profesorado o la evaluación.
Reto 3. Impulsar
acciones coeducativas que abarquen todos los tiempos y
espacios escolares
El proceso de validación de la rúbrica, aparte de aumentar la
confiabilidad del instrumento, ha permitido constatar que la dimensión curricular se evidencia
como aquel ámbito en el que la coeducación está más avanzada o tiene una mayor
presencia. Dicha presencia se produce especialmente en el contexto del aula en
aspectos como la organización de los espacios o los materiales didácticos. El
aula es un espacio de mayor regulación y supervisión en el que las
desigualdades de género no se manifiestan con tanta vehemencia como en otros
espacios, como el comedor escolar o el recreo. En este sentido, uno de los
principales retos de los centros educativos es promover una acción coeducativa
transversal que permita dotar de coherencia a las acciones que se promueven en
toda la vida de la escuela, con independencia de los espacios y tiempos
escolares en los que se desarrollen (Tomé et al. 2021).
Reto 4. Promover
la sensibilización, formación, compromiso y cuidado de los equipos educativos
Los procesos que se
producen en el marco de los centros educativos pueden contribuir a la
neutralización de las situaciones de discriminación, ya sea por razones de
género, de origen social u otras variables, por lo que los profesionales de los
centros educativos se convierten en una de las piezas clave en la
construcción de la cultura de género en el centro educativo, en la lucha contra
las desigualdades de género y en la transmisión de nuevas experiencias de
socialización del alumnado a partir de sus creencias y actitudes (García-Pérez et
al., 2011). En este sentido, la autoevaluación personal y profesional, no sólo institucional,
resultará fundamental para poder favorecer una actitud proactiva en relación
con la mirada coeducativa y favorecer una actitud preventiva en un mundo en el
que las discriminaciones de baja o alta intensidad forman parte de la
cotidianidad (Casanovas y Canelles, 2021).
Este escenario deseable contrasta con la realidad de los equipos
educativos que generalmente se sienten solos a la hora de promover estrategias
y/o acciones coeducativas y que, tal y como muestran
las evidencias obtenidas, no disponen de espacios desde los cuales reflexionar
sobre su sistema de prácticas y de creencias entorno a la coeducación (León Hernandez, Gamito, Martínez Abajo y Vizcarra, 2023). Desde
esta soledad, es muy difícil promover acciones coordinadas entre los y las
profesionales que sean coherentes con los fundamentos educativos del centro.
Reto 5.
(Re)Situar las relaciones con las familias en el epicentro de la estrategia
coeducativa
Todos los
acontecimientos que suceden en un centro educativo son de naturaleza
relacional. El centro se convierte en un espacio en el que se imbrican redes
complejas que incluyen diferentes agentes, tales como: el alumnado, el equipo
docente y directivo, el personal de administración y servicios, así como otros
profesionales que intervienen en el centro. Y, en este sentido, no se puede
ignorar el rol educador de las familias y la centralidad que tienen en la
socialización coeducativa.
Uno de los momentos
de más interés en la dinámica dialógica realizada ha girado en torno a las
manifestaciones de apoyo y reconocimiento por parte de núcleos familiares hacia
la acción de los centros, también en el empeño por lograr una sociedad más
inclusiva para con los miembros femeninos y no binarios por parte de personas
pertenecientes a minorías culturales. En este sentido, resulta conveniente
incorporar la perspectiva interseccional para no perder de vista otros ejes de
opresión o privilegio (Llos, Gavaldà
y Caravaca, 2022).
La práctica de la investigación-acción desarrollada ha permitido
generar condiciones para la mejora de la práctica coeducativa en los centros
participantes, la modificación de estructuras y procesos de trabajo de los
equipos educativos, o afianzar la sostenibilidad de los procesos de
transformación a medio plazo, por ejemplo, a través de la creación de
comisiones de coeducación allá donde no existían estructuras previas de
naturaleza similar. En otros casos, se ha iniciado un proceso de trabajo para
conectar las prácticas coeducativas al Proyecto
Educativo de Centro o hay quien ha iniciado un proceso de reflexión alrededor
de la práctica coeducativa implicando al conjunto de agentes de la comunidad
educativa, especialmente a las familias.
La clave de la transformación ha sido el trabajar con una metodología
de naturaleza participativa y comunitaria – la investigación-acción comunitaria
–, que apuesta por la corresponsabilidad y transversalidad a lo largo de todos
los procesos. Ahora bien, tal y como hemos mencionado, para emprender cualquier
proceso transformador, no solo hay que saber a dónde se quiere llegar, sino
también de qué manera se puede hacer efectivo el cambio. En este sentido, la
investigación-acción comunitaria desarrollada ha permitido la creación y
validación de un recurso de evaluación y orientación para dotar de sentido y
estructura a la estrategia coeducativa en un contexto de diversidad.
A modo de finalización, reivindicamos la necesidad de poner un cuidado
especial en todos los procesos de trabajo, pero especialmente en aquellos más
invisibles, capitales para la sostenibilidad de los procesos, que se relacionan
con la sensibilización –que predispone favorablemente hacia un fin-, la
diagnosis y la planificación de los procesos. La rúbrica Wungu
facilita un medio para dicho fin y es el punto de partida desde el cual iniciar
un cambio hacia la transformación de las dinámicas educativas en pro de la
coeducación en el siglo XXI.
Bibliografía
Alberdi, Amaia; Lezáun,
María y Uribe-Etxebarria, Zigor
(2020). Repensar la escuela desde la
coeducación. Vitoria-Gasteiz:
Alboan.
Besalú, Xavier (2018): “Propostes per avançar en l’educació intercultural”. Disponible en: https://acortar.link/KSZGpq [10/05/2024].
Bonal, Xavier (1997). Las actitudes del profesorado ante la coeducación. Propuestas de
intervención. Barcelona: Graó. Disponible en: https://acortar.link/JOEhcJ [10/05/2024].
Bou, Joana;
Casanovas, Lídia; Carro, Sara y Monsech,
Neus Andreu (2013): “La coeducació
i la gestió de la diversitat
a les aules”. Disponible en: https://bit.ly/3NkRJ79 [10/05/2024].
Cárdenas Rodríguez, María Rocío; Otero
Gutiérrez, Gema y Monreal Gimeno, María Carmen (2022). “Instrumentos para el análisis de la Coeducación en los centros
educativos”. En: Revista De
Estudios Socioeducativos. ReSed, 1(10), pp. 213-226.
Disponible en: https://revistas.uca.es/index.php/ReSed/article/view/8655 [10/05/2024].
Casanovas, Lídia y Canelles,
Noemi (2021): “La coeducació:
clau per a l’èxit educatiu”. Disponible en: https://filalagulla.org/wp-content/uploads/2021/09/D28_Coeducacio_clau_dexit.pdf [10/05/2024].
Collet, Jordi; Besalú,
Xavier; Feu, Jordi y Tort,
Antoni (2014). “Escuelas, familias y resultados académicos. Un nuevo
modelo de análisis de las relaciones entre docentes y progenitores para el
éxito de todo el alumnado”. En: Profesorado. Revista de currículum y formación
del profesorado, 18(2), pp.
7-33. Disponible en: https://recyt.fecyt.es/index.php/profesorado/article/view/41287 [10/05/2024].
Collet, Jordi y Tort, Antoni (Coords.)
(2011). Famílies,
escola i èxit. Millorar els vincles per millorar els resultats.
Barcelona: Fundació Jaume Bofill. Disponible en: https://bit.ly/3SOUmiw [10/05/2024].
Consejo Escolar del Estado (2015). Las
relaciones entre familia y escuela. Experiencias y buenas prácticas. XXIII
Encuentro de Consejos Escolares Autonómicos y del Estado. Disponible
en: https://acortar.link/Hu0sHI [10/05/2024].
David, Miriam E.; Ball,
Stephen J.; Davies, Jacky y Reay, Diane (2003). “Gender Issues in Parental Involvement in Student Choices of Higher
Education”. En: Gender and Education, 15(1), pp. 21-36.
Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/0954025032000042121 [10/05/2024].
Departament d’Educació
(2020). “Programa Coeduca’t. Eina
per a la diagnosi inicial. Elements
per a la reflexió i l’autoavaluació
de centres”, 45(180), pp. 158-174. Disponible en: https://bit.ly/3gTZrJp [10/05/2024].
Essomba Gelabert, Miquel Àngel; Tarrés Vallespí,
Anna y Argelagués Besson, Meritxell (2023). “La investigación-acción comunitària.” En: Perfiles Educativos, 45(180), pp. 158-174. Disponible en: https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2023.180.60918 [10/05/2024].
Fernández-Enguita,
Mariano (1996). Escuela y etnicidad. El caso del pueblo gitano.
Granada: Universidad de Granada.
Fleischmann, Fenelle y
de Haas, Annabel (2016). “Explaining parents' school involvement: The role of
ethnicity and gender in the Netherlands”.
En: The
Journal of Educational Research, 109(5), pp. 554-565. Disponible en: https://psycnet.apa.org/doi/10.1080/00220671.2014.994196 [10/05/2024].
García-Pérez,
Rafael et al. (2011). “El patriarcado no es transparente. Competencias
del profesorado para reconocer desigualdad”. En: Cultura y Educación, 23(3), pp. 385-397. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1174/113564011797330298 [10/05/2024].
Iglesias, Edgar (2014). “La
formación en interculturalidad en la educación en el tiempo libre: necesidades
y estrategias desde una perspectiva de competencias interculturales”. En: Revista
Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 17(2), p. 182. Disponible en: https://doi.org/10.6018/reifop.17.2.197511 [10/05/2024].
Iglesias,
Edgar y Guardiola, Josep (2018): “Dispositiu formatiu en interculturalitat per
a tècnics LIC. Àmbit
I – Interculturalitat”. Disponible en: https://bit.ly/3sKYPZb [11/05/2024].
Ley
Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica
2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Disponible en: https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020-17264 [12/05/2024].
Ley
12/2009, de 10 de julio, de educación. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2009-13038 [12/05/2024].
Ley 11/2014, de 10 de octubre, para garantizar los
derechos LGTBI y para erradicar la homofobia, la bifobia
y la transfobia. Disponible
en: https://www.boe.es/buscar/pdf/2014/BOE-A-2014-11990-consolidado.pdf [12/05/2024].
Ley 17/2015, de 21 de julio, de igualdad efectiva de
mujeres y hombres. Disponible
en: https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2015-9676 [12/05/2024].
León Hernandez, Irati;
Gamito Gómez, Rakel; Martínez Abajo, Judit y Vizcarra
Morales, María Teresa (2023). “Situación actual de la coeducación en la
escuela”: uso no sexista del lenguaje y materiales didácticos”. En: Contextos educativos: Revista
de educación, (32),
pp.
347-367. Disponible en: https://publicaciones.unirioja.es/ojs/index.php/contextos/article/view/5614 [13/05/2024].
Llos Casadellà, Berta; Gavaldà Elias, Xènia y Caravaca Hernández, Alejandro (2022). “Experiencias
de coeducación en Cataluña: explorando facilitadores y resistencias”. En: RESED: Revista de estudios
socioeducativos, (X),
pp. 149-164. Disponible en: https://revistas.uca.es/index.php/ReSed/article/view/8639/9163 [13/05/2024].
Martínez, Márius y Albaigés, Bernat (Dirs.) (2012). L’estat
de l’educació a Catalunya. Anuari
2011. Barcelona: Fundació Jaume Bofill.
Barcelona: Fundació
Jaume Bofill. Disponible
en: https://bit.ly/3DL0wMq [12/05/2024].
Martínez Miguélez,
Miguel (2006). “Validez y confiabilidad en la metodología cualitativa”. En: Paradigma, 27(2), pp. 7-33. Disponible
en: https://bit.ly/3DKuqjL [12/05/2024].
Peraza, Cecília y
Carreras, Anna (2011). “Coeducar des de l’àmbit
local. Una aproximació al concepte
de ciutats coeducadores”. Disponible en: https://bit.ly/3zuuXDY [12/05/2024].
Rousseau, Jean-Jacques (1984). Discurso
sobre el origen de la desigualdad entre los hombres. Zaragoza: Riopuedras Ediciones.
Subirats, Marina (2017). Coeducació,
aposta per la llibertat. Barcelona: Octaedro.
Tomé, Amparo (2019). “La educación feminista
contra el sexismo educativo y cultural”. En: Dosier Graó, (4), pp. 8-14. Barcelona: Graó.
Tomé, Amparo et al. (2021). Cuadernos
para la coeducación. Barcelona: Octaedro.
[1] Lila en javanés. Nombre escogido por el Equipo de
investigación en el marco de la IAC.
[2] En su versión catalana en https://webs.uab.cat/erdisc/wungu-genere-i-diversitat-a-lescola/ [10/05/2024].
[3] En su versión castellana en https://webs.uab.cat/erdisc/wp-content/uploads/sites/359/2024/02/Instrumento-de-autodiagnosis-sobre-coeducacion-WUNGU.pdf.
En su versión catalana en: https://webs.uab.cat/erdisc/wungu-genere-i-diversitat-a-lescola/ [10/05/2024].