Identificación de la juventud española con los valores de igualdad.

El feminismo en el punto de mira

 

Identification of Spanish youth with the values of equality. Feminism in the spotlight

 

 

 

Ana Goretty Padrón Armas

Josué Gutiérrez-Barroso

Esther Torrado-Martín-Palomino

apadron@iesa.csic.es

jgutierb@ull.edu.es

estorra@ull.edu.es

Instituto de Estudios Sociales Avanzados – CSIC – España

Universidad de La Laguna – España

Universidad de La Laguna – España

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6230-5892

ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5968-3254

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9144-5616

 

 

 

Recibido:   12-02-2025

Aceptado:  09-06-2025

 

 

Resumen

Las desigualdades de género también persisten en la juventud española. Este artículo explora su grado de identificación con la lucha por la igualdad de género y el feminismo a través de los resultados del INJUVE, con jóvenes de 14 a 29 años (n=5.265; M=22,27; DT=4,134; 50,6% mujeres y 49,4% hombres). Se trata de un estudio comparativo a través de descriptivos, pruebas t de Student, varianzas (ANOVA) y modelos de regresión. Los resultados evidencian una mayor identificación con la igualdad de género en comparación con el feminismo. Existen diferencias significativas según sexo. La ideología política y la orientación sexual emergen como variables determinantes. Se concluye la necesidad de integrar la perspectiva de género en políticas públicas interseccionales orientadas a promover mayor equidad.

Palabras clave: juventud, feminismo, igualdad de género, sexismo, socialización.

 

Abstract

Gender inequalities also persist among Spanish youth. This article explores their degree of identification with the struggle for gender equality and feminism through the results of the INJUVE, among young people aged 14 to 29 years (n=5,265; M=22.27; SD=4.134; 50.6% female and 49.4% male). This is a comparative study through descriptive, Student's t-tests, variances (ANOVA) and regression models. The results show a greater identification with gender equality compared to feminism. There are significant differences according to sex. Political ideology and sexual orientation emerge as determining variables. We conclude the need to integrate a gender perspective in intersectional public policies aimed at promoting greater equity.

Keywords: youth, feminism, gender equality, sexism, socialization.

1. Introducción

 

 

A pesar de los avances en materia de igualdad, la desigualdad de género persiste en diversos ámbitos de la sociedad. La juventud española, en pleno proceso de socialización, enfrenta contradicciones en un contexto formalmente igualitario, pero en el que la violencia de género y la inequidad siguen siendo problemáticas estructurales. Este artículo analiza cómo se posiciona la juventud española ante esta realidad, profundizando en su percepción del sexismo ambivalente y su grado de identificación diferenciada con la lucha por la igualdad de género y el feminismo.

En las últimas décadas, la identificación con la agenda feminista y la igualdad de género ha cobrado relevancia en distintos sectores sociales. Sin embargo, el análisis del Informe de Juventud Española (Pérez Díaz et al., 2021) revela diferencias significativas en la forma en que estos conceptos son percibidos por la juventud. Un análisis transversal de variables sociodemográficas permite evidenciar el impacto de la socialización ideológica, las relaciones sexoafectivas y el sexo, como variable dicotómica, en la construcción del pensamiento juvenil, así como en su salud y bienestar, especialmente en el caso de las mujeres jóvenes. Los resultados obtenidos permiten identificar las principales características del sexismo en la juventud española, señalando los puntos clave para avanzar en la igualdad de género y en la prevención de la violencia machista.

 

 

2. Objetivo

 

 

El objetivo principal de este artículo es analizar el grado de identificación de la juventud española con la lucha por la igualdad de género y el feminismo, examinando las diferencias en función de variables sociodemográficas como edad, sexo, orientación sexual, situación sentimental, ideología política y religiosidad. Asimismo, se busca explorar cómo estas identificaciones influyen en la percepción del sexismo ambivalente y en la aceptación de la violencia de género, con el fin de aportar evidencias que contribuyan al diseño de políticas públicas y estrategias educativas orientadas a la equidad y la prevención del sexismo en la juventud.

 

 

3. Marco Teórico

 

 

Existen múltiples definiciones sobre lo que constituye la juventud, muchas de las cuales van más allá de un criterio meramente etario. Se ha conceptualizado esta etapa del desarrollo humano como el tránsito “entre la dependencia infantil y la plena inserción social” (Feixa, 1998, citado por Casal, García, Merino, y Quesada, 2006: 28). No obstante, agrupar a las personas exclusivamente por su edad resulta insuficiente para otorgarles una identidad propia (Martín Criado, 1998). Por ello, aunque el INJUVE segmenta a la juventud en función de la edad, es imprescindible considerar la complejidad de este concepto desde una perspectiva multidimensional.

La socialización patriarcal asigna roles de género desde edades tempranas, moldeando la forma en que hombres y mujeres se perciben y relacionan en la sociedad. En el ámbito educativo, los estereotipos de género influyen en la elección de estudios superiores y en la percepción de habilidades y capacidades. Investigaciones previas (Eagly y Wood, 2012) muestran que los niños son socializados para valorar la competencia y la agresividad, mientras que a las niñas se les inculcan valores asociados al cuidado y la empatía, perpetuando desigualdades estructurales. Connell (2005) expone cómo la socialización patriarcal genera disparidades en la identificación con el feminismo. Este aspecto es crucial en la juventud española, donde los valores tradicionales siguen influyendo en la percepción de este movimiento. Este posible rechazo, particularmente entre los varones, se explica en parte por el temor a perder privilegios asociados a los roles tradicionales (INJUVE, 2020).

Al mismo tiempo, Walby (2020) sostiene que la juventud participa activamente en la negociación de su identidad, integrando elementos del feminismo para cuestionar los roles de género tradicionales y reivindicar un enfoque interseccional que resignifique los valores de igualdad y justicia de género. No obstante, Iglesias (2024) advierte cómo persisten y se renuevan los sexismos en el imaginario juvenil, que, a pesar de los avances en materia de igualdad, subsisten estereotipos de género que influyen en las percepciones y comportamientos de la juventud.

Desde la teoría feminista, el género se concibe no como un hecho biológico, sino como una construcción histórica y normativa que legitima desigualdades. Este enfoque crítico permite visibilizar cómo las jerarquías de género se producen y reproducen socialmente, desafiando su aparente naturalidad (Amorós y De Miguel Álvarez, 2005). Una de sus aportaciones más importantes ha sido cuestionar las narrativas dominantes, incluso en el sistema académico o educativo, espacios de socialización adolescente y uno de los ámbitos de mayor resistencia del poder masculino (Cobo, 2022).

La identificación con la igualdad de género y el feminismo no puede desligarse de los procesos de socialización que estructuran la experiencia subjetiva y colectiva. En La socialización del género, Torrado Martín-Palomino (2022) apela a tres conceptos claves en este sentido. Primero, la “socialización diferencial” de género, que constituye un mecanismo esencial de reproducción simbólica y material del patriarcado, al asignar desde edades tempranas normas, valores y expectativas distintas a mujeres y hombres. Este aprendizaje desigual se ve reforzado por dinámicas de “fratría”, el segundo de los elementos, que hace referencia a como los vínculos sociales y simbólicos entre varones consolidan la pertenencia a un orden masculino jerárquico, que premia la distancia respecto a lo femenino. Por último, la “homofilia social”, tendencia a relacionarse dentro de grupos afines, reforzando creencias compartidas y limitando el contacto con perspectivas disidentes. Así, las actitudes hacia el feminismo se configuran en gran parte a través de estos procesos sociales, donde la pertenencia a contextos conservadores actúa como freno a la interiorización de valores igualitarios (Torrado Martín-Palomino, 2022).

Si bien el feminismo ha sido clave en la deconstrucción de estereotipos y en la lucha contra desigualdades estructurales, también es importante reconocer que las diferencias biológicas entre los sexos pueden influir en la manifestación de ciertos comportamientos, como la agresividad, lo que a su vez impacta en la salud y el bienestar individual y colectivo, tal y como recoge Archer (2004).

El propio diseño del cuestionario del INJUVE, que distingue entre identificación con el feminismo e identificación con la igualdad de género, pone de manifiesto diferencias en la percepción social de ambos conceptos. Mientras la igualdad de género se concibe como un derecho humano fundamental que garantiza la equidad en derechos, responsabilidades y oportunidades (ONU, 2015), Sau (2000) sostiene que el feminismo se entiende como un movimiento que lucha contra la opresión estructural. Esta distinción influye en la manera en que la juventud española se identifica con ambos términos, en parte debido al estigma que con frecuencia acompaña al feminismo (Gómez-Ramírez y Reyes Cruz, 2008) y a la reticencia de algunos jóvenes a “saberse parte de un grupo oprimido” (De Miguel, 2008: 34). No obstante, la emancipación de las mujeres y su empoderamiento en la esfera pública han sido avances sociales fundamentales, impulsados por la influencia del feminismo en la transformación de los valores sociales (Alberdi, Escario y Matas, 2000).

El concepto de sexismo ambivalente, desarrollado por Glick y Fiske (1996), sostiene que el sexismo tiene dos dimensiones: hostil y benévola. Mientras la primera implica actitudes abiertamente negativas hacia las mujeres, la segunda, aunque en apariencia positiva, refuerza estereotipos tradicionales y limita oportunidades. Esta dicotomía afecta la percepción de la igualdad de género entre los jóvenes, ya que muchos varones tienden a minimizar actitudes o violencias machistas, mientras que las mujeres perciben su impacto de forma más directa (Pérez Díaz et al., 2021). Aunque, tal y como afirma Cacace (2006) se tiende a atribuir a factores no sistémicos. De esta manera, la violencia simbólica va reforzando desigualdades de género y normalizando ciertas actitudes sexistas entre los jóvenes.

La violencia de pareja, incluida la violencia en el noviazgo adolescente, es otra problemática relevante con consecuencias en la salud física y mental de las mujeres (Sanz, Barón y Vives, 2019; Vives et al., 2021). Esta forma de violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también repercute en el entorno familiar y social, influyendo en indicadores de salud como el dolor crónico, la ansiedad y la angustia (Sanz, Rey y Otero, 2014). La perspectiva de género aplicada al estudio de la salud permite visibilizar las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres (Bacigalupe, Cabezas, Baza y Martín, 2020). La incorporación de esta perspectiva, basada en la teoría feminista, ofrece un marco analítico más amplio para comprender cómo los mandatos de género influyen en procesos relacionados con la salud (Del Amo y Pérez, 2018; Gutiérrez et al., 2024).

Por último, la identificación ideológica y la influencia de la religiosidad también desempeñan un papel clave en la construcción de la identidad juvenil. A pesar de la aparente desafección política (Benedicto, 2008), el universo político de la juventud es heterogéneo y va más allá de las clasificaciones tradicionales (Betancor y Gutiérrez, 2015). En cuanto a la religiosidad, aunque la mayoría de las doctrinas promueven la igualdad, también han contribuido históricamente a la reproducción de modelos patriarcales que marginan a las mujeres (Alonso Seoane, 2019; Cordero del Castillo, 2001).

 

 

4. Metodología

 

 

4.1. Diseño de la investigación

 

Estudio transversal descriptivo con enfoque cuantitativo, cuyo objetivo fue analizar y comparar la identificación de la juventud española con la lucha por la igualdad de género y el feminismo.

 

4.2. Participantes

 

La población objeto de estudio fueron personas jóvenes (entre 14 y 29 años) de todo el territorio nacional español. La muestra, o número total de personas que participaron en la investigación fue 5.265, de las cuales el 50,56% fueron mujeres y el 49,4% hombres (n=5.265; M=22,27; DT=4,134).

 

4.3. Instrumento y Procedimiento

 

Cuestionario del Instituto de Juventud de España (Pérez Díaz et al., 2021) semiestructurado mediante tablet (CAPI) integrado por 107 preguntas, más 7 para el establecimiento de cuotas de sexo, edad, Comunidad Autónoma y hábitat. Se realizaron dos modelos de cuestionarios, cada uno de ellos fue respondido por la mitad de las personas entrevistadas. Las dos preguntas objeto de análisis de este artículo se incluían en uno u otro cuestionario, por lo que ambas fueron contestadas por el 50% de la muestra.

 

4.4. Análisis estadístico

 

Se establece como variables dependientes, u objeto de estudio, la identificación de la juventud española con la lucha por la igualdad de género y con el feminismo. Las variables independientes analizadas son edad, sexo, ideología política, religiosidad, orientación sexual y situación sentimental. Se realizaron los análisis estadísticos utilizando el software SPSS, versión 25. En primer lugar, se llevaron a cabo análisis descriptivos para resumir las principales características de la muestra. Además, se evaluaron las relaciones entre variables mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Para la comparación entre grupos, se aplicaron la prueba t de Student y el análisis de varianza (ANOVA), permitiendo identificar diferencias significativas en las variables de interés. Finalmente, se desarrolló un modelo estadístico para explicar la varianza en la variable dependiente. Se estableció un nivel de significación de p < 0.05 en todas las pruebas.

 

 

5. Resultados

 

 

Los datos reflejan una preferencia por la igualdad de género sobre el feminismo. Esto queda constatado con la diferencia de medias y la desviación estándar, pero también con los porcentajes sobre la máxima y la mínima puntuación posible para cada una de las variables objetivo. La tabla 1 también muestra y compara los resultados referidos al interés mostrado por temas de desigualdad entre mujeres y hombres.

 

 

Tabla 1. Variables Objetivo e interés por temas de desigualdad entre hombres y mujeres

 

Variables Objetivo

N

Media

Desviación Estándar

Puntuación 10*

Puntuación 0*

Identificación con la lucha del Feminismo

2572

7,19

2,81

31,30%

4,70%

Identificación con la lucha de la Igualdad de género

2589

7,78

2,48

37,80%

2,60%

Interés por temas de desigualdad entre hombres y mujeres

2602

8,23

2,25

43%

2,40%

*Escala de 0 a 10.

Fuente: elaboración propia.

 

El interés que muestra la juventud española por temas relacionados con las desigualdades entre hombres y mujeres tiene una correlación positiva moderada en su identificación con la lucha por la igualdad de género y por el feminismo (Tabla 2).

 

 

Tabla 2. Análisis de Correlación de Pearson de las variables objetivo e interés por temas relacionados con las desigualdades entre hombres y mujeres

 

Variables Objetivo

Correlación Pearson

Desigualdades entre hombres y mujeres

Igualdad de género

Feminismo

Desigualdades entre hombres y mujeres

Correlación

 

,393

,350

Sig. (bilateral)

 

0

0

N

2602

1168

1292

Igualdad de género

Correlación

,393

1

.b

Sig. (bilateral)

0

 

.

N

1168

2522

0

Feminismo

Correlación

,350

.b

1

Sig. (bilateral)

0

.

 

N

1292

0

2452

La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas). b No se puede calcular porque, como mínimo, una es constante.

Fuente: elaboración propia.

La tabla 3 muestra los resultados obtenidos para las variables dicotómicas independientes sexo y religiosidad con la prueba T de Student. De manera genérica, las medias más altas las encontramos en las mujeres respecto a los hombres, en la igualdad de género frente al feminismo, y en las personas no creyentes frente a las creyentes. En concreto, existen diferencias estadísticamente significativas en la identificación con la igualdad de género (t(2467,81) = -14,162, p = 0,00) y el feminismo (t(2402,93)= -18,609, p= 0,00) entre hombres y mujeres. Las mujeres presentan medias significativamente más altas en ambas variables en comparación con los hombres. Respecto a la religiosidad (creyente / no creyente), esta variable es estadísticamente significativa para las mujeres, tanto para la igualdad de género (t(1,1103)= -5,133, p= 0,00) como respecto al feminismo (t(1,1107)= -5,538, p= 0,00), pero no para los hombres, ni para la igualdad de género (t(1,1037)= -3,335, p= 0,62) ni para el feminismo (t(1,950)= -3,019, p= 0,86).

 

Tabla 3. Resultados Prueba T variables independientes: sexo y religiosidad

 

Sexo

Variables dependientes

Variables independientes

N

Media

Std. Deviation

Dif. Medias

Asumen varianzas

p-value

Sexo

Varón

Igualdad de género

Hombre

1285

7,11

2,621

-1,33

Distintas

0,00

Mujer

Mujer

1304

8,44

2,128

Varón

Feminismo

Hombre

1242

6,18

2,896

-1,95

Distintas

0,00

Mujer

Mujer

1330

8,13

2,373

Religiosidad

Varón

Igualdad de género

Creyente

483

7,22

2,271

-0,457

Iguales

0,621

No Creyente

556

7,67

2,143

-0,457

Feminismo

Creyente

453

6,49

2,345

-0,466

Iguales

0,860

No Creyente

499

6,96

2,405

-0,466

Mujer

Igualdad de género

Creyente

559

8,28

1,942

-0,578

Distintas

0,008

No Creyente

546

8,86

1,801

-0,578

Feminismo

Creyente

606

7,99

2,256

-0,689

Distintas

0,000

No Creyente

503

8,68

1,888

-0,689

Fuente: elaboración propia.

 

La tabla 4 muestra los resultados de la prueba ANOVA según las variables edad por Intervalos, e ideología política. De manera genérica, las medias más altas corresponden a las mujeres frente a los hombres, y a las personas de izquierda frente a las de centro o derecha. Respecto a la edad, varía en función del sexo y las variables dependientes.

De manera específica, la prueba ANOVA revela diferencias significativas según la edad en las mujeres respecto a la identificación con la igualdad de género (F(2,1287) = 4,219, p = 0,01) y con el feminismo (F(2,1302) = 2,845, p = 0,05). Entre los hombres, existe diferencias estadísticamente significativas según la edad respecto al feminismo (F(2,1144) = 5,775, p = 0,00), pero no respecto a la igualdad de género (F(2,1229) = 1,599, p = 0,20). Las personas entre 20 y 24 años, intervalo intermedio, tienen las medias más altas, salvo los hombres de 25 a 29 respecto a la igualdad de género.

La significación de la ideología política afecta a mujeres y a hombres, tanto en la igualdad de género como en el feminismo. A través de la prueba ANOVA se obtuvieron los siguientes resultados respecto a las mujeres e igualdad de género (F(2,107) = 22,678, p = 0,00) y feminismo (F(2,112) = 37,448, p = 0,00), como los hombres, respectivamente (F(2,104) = 20,590, p = 0,00) y (F(2,971) = 27,278, p = 0,00).

 

Tabla 4. Prueba Anova variables independientes: edad (intervalos)

e ideología política (izquierda, centro, derecha)

 

Sexo

Variable dependiente

Variables independientes1

N

Media

Std. Deviation

Asumen varianzas2

p-value

Edad (intervalos)

Varón

Igualdad de género

15 a 19 años

418

7,27

2,265

Iguales

0,202

20 a 24 años

377

7,42

2,212

25 a 29 años

437

7,54

2,158

Feminismo

15 a 19 años

360

6,59

2,420

Iguales

0,003

20 a 24 años

374

7,03

2,254

25 a 29 años

413

6,48

2,417

Mujer

Igualdad de género

15 a 19 años

425

8,43

2,032

Distintas

0,015

20 a 24 años

444

8,74

1,793

25 a 29 años

421

8,40

2,003

Feminismo

15 a 19 años

399

8,36

2,127

Iguales

0,059

20 a 24 años

455

8,42

2,039

25 a 29 años

451

8,10

2,152

Ideología política

Varón

Igualdad de género

Izquierda

541

7,91

2,000

Distintas

0,000

Centro

302

7,34

2,211

Derecha

206

6,84

2,339

Feminismo

Izquierda

496

7,28

2,262

Iguales

0,000

Centro

280

6,46

2,273

Derecha

198

5,95

2,465

Mujer

Igualdad de género

Izquierda

601

9,00

1,600

Distintas

0,000

Centro

264

8,27

2,108

Derecha

208

8,21

1,994

Feminismo

Izquierda

658

8,83

1,750

Distintas

0,000

Centro

280

7,85

2,261

Derecha

185

7,74

2,124

1 Prueba de homogeneidad. * p-value<0,1. ** p-value<0,05. *** p-value<0,01

Fuente: elaboración propia.

La tabla 5 muestra los resultados relativos a variables sexo afectivas, como son la orientación sexual y la situación sentimental. De manera genérica, los hombres heterosexuales y los que nunca han tenido pareja tienen las medias más bajas para ambos conceptos (igualdad de género y feminismo). Sin embargo, aunque las mujeres que nunca han tenido pareja también tienen las medias más bajas, respecto a la orientación sexual, son las homosexuales quienes menos se identifican con la lucha por la igualdad de género y el feminismo.

Por un lado, la prueba ANOVA muestra cómo la orientación sexual ofrece diferencias estadísticamente significativas tanto en hombres para la igualdad de género (F(4,1227) = 8,702, p= 0,00) y el feminismo (F(4,1142) = 12,299, p = 0,00), como en mujeres, (F(4,1285) = 7,01, p = 0,00) (F(4,13) = 6,892, p = 0,00) respectivamente.

Por otra parte, la prueba ANOVA refleja que la situación sentimental es estadísticamente significativa para ellos, tanto para la igualdad de género (F(3.1201) = 4.98, p = 0.00) como para el feminismo (F(3.1106) = 4.719, p = 0.00). Pero no para ellas, ni para una (F(3.125) = 2.063, p = 0.10) ni para la otra (F(3.1258) = 1.646, p = 0.17).

 

 

Tabla 5. Prueba Anova variables independientes: orientación sexual (homosexual, heterosexual, bisexual) y situación sentimental (pareja estable o esporádica, sin pareja actual o nunca)

 

Sexo

Variable dependiente

Variables independientes1

N

Media

Std. Deviation

Asumen varianzas2

p-value

 

Orientación sexual

 

Varón

Igualdad de género

Homosexual

126

8,33

2,105

Iguales

0,000

 

Heterosexual

984

7,23

2,198

 

Bisexual

60

7,93

2,421

 

Total

1170

7,83

2,241

 

Feminismo

Homosexual

123

7,59

2,176

Iguales

0,000

 

Heterosexual

906

6,45

2,364

 

Bisexual

64

7,69

1,999

 

Total

1093

7,24

2,180

 

Mujer

Igualdad de género

Heterosexual

971

8,48

1,977

Distintas

0,000

 

Homosexual

58

7,86

2,395

 

Bisexual

158

9,17

1,424

 

Total

1187

8,50

1,932

 

Feminismo

Heterosexual

973

8,20

2,113

Distintas

0,000

 

Homosexual

100

7,85

2,463

 

Bisexual

155

9,01

1,663

 

Total

1228

8,35

2,080

 

Situación sentimental

 

Varón

Igualdad de género

Pareja estable

423

7,58

2,206

Iguales

0,002

Pareja/s esporádica/s

119

7,55

2,224

Sin pareja actual

528

7,40

2,149

Sin pareja nunca

135

6,75

2,455

Total

1205

7,40

2,223

Feminismo

Pareja estable

397

6,90

2,360

Iguales

0,003

Pareja/s esporádica/s

111

6,74

2,392

Sin pareja actual

477

6,62

2,364

Sin pareja nunca

125

5,99

2,378

Total

1110

6,66

2,379

Mujer

Igualdad de género

Pareja estable

540

8,63

1,857

Distintas

0,103

Pareja/s esporádica/s

90

8,46

1,855

Sin pareja actual

499

8,60

1,885

Sin pareja nunca

125

8,18

2,325

Total

1254

8,56

1,922

Feminismo

Pareja estable

552

8,25

2,063

Iguales

0,177

Pareja/s esporádica/s

89

8,72

1,877

Sin pareja actual

473

8,29

2,206

Sin pareja nunca

148

8,11

2,158

Total

1262

8,28

2,118

1 Prueba de homogeneidad  * p-value<0,1. ** p-value<0,05. *** p-value<0,01

Fuente: elaboración propia.

 

 

Una vez finalizado los análisis bivariados, se procede a exponer los resultados del análisis multivariado realizado con aquellas variables que han resultado ser más significativas (Tabla 6). Éstas son el sexo/género; la ideología política; y la sexualidad. Los resultados ofrecen dos modelos, uno para cada una de las variables objetivo.

 


 

Tabla 6. Resultados de los Modelos

 

 

Igualdad de género

Feminismo

 

Modelo 1

 (Beta)

Modelo 2

 (Beta)

Mujer (ref.Varón)

0,730 (0,170)***

1,194 (0,251)***

Izquierda (ref. Derecha)

0,990 (0,094)***

1,122 (0,236)***

Centro (ref. Derecha)

0,407 (0,079)***

0,272 (0,048)**

Solo Hombres (ref. Solo mujeres)

0,490 (0,113)***

0,422 (0,088)**

Tanto hombres como mujeres (ref. Solo mujeres)

0,762 (0,099)***

0,912 (0,110)***

Constante

6,790***

6,049***

R2

0,122

0,173

p-valor ANOVA

0.00

0.00

N

2522

2452

* p-value<0,1. ** p-value<0,05. *** p-value<0,01

Fuente: elaboración propia.

 

En el Modelo 1 se observa como la variabilidad de la identificación con la lucha por la Igualdad de género queda explicada en un 12% por las variables sexo, ideología política y orientación sexual. La que mayor peso tiene es la ideología política de izquierdas, seguido de ser mujer. En cuanto a la sexualidad, la bisexualidad tiene más peso que sentir atracción solo por los hombres. Es decir, se puede predecir la identificación de la juventud española con la lucha por la Igualdad de género con las variables sexo/género, ideología política y sexualidad. La ecuación de la regresión es estadísticamente significativa:

 

Identificación con la lucha por la Igualdad de género

= 6,790 + 0,990 * (izquierda) + 0,762 * (bisexual) + 0,730 * (mujer)

 

En el modelo 2 queda aún más explicada la variabilidad de la identificación con la lucha por el Feminismo, el 17%. En este caso, la variable que más peso tiene es ser mujer y en segundo lugar ser de izquierda. Respecto a la sexualidad, las personas bisexuales son las que más peso tienen a la hora de explicar el modelo. Es decir, se puede predecir la identificación de la juventud española con la lucha por el Feminismo con las variables sexo/género, ideología política y sexualidad. La ecuación de la regresión es estadísticamente significativa:

 

Identificación con la lucha por el Feminismo

= 6,049 + 1,194 * (mujer) + 1,122 * (izquierda) + 0,912 * (bisexual)

 

En ambas ecuaciones se incluyen las tres categorías de variables más importantes, ya que todas han resultado ser significativas para ambos modelos y no se descarta ninguna. La variabilidad de la identificación de la juventud española con la lucha por la Igualdad de género y el Feminismo puede explicarse con variables sociodemográficas (sexo), ideológico-religiosas (ideología política) y afectivo-sexuales (orientación sexual).

 

 

6. Discusión

 

 

Los resultados muestran una discrepancia significativa en la identificación de la juventud española con la igualdad de género en comparación con el feminismo, siendo la igualdad de género un término más aceptado. Esto se debe, en parte, a la connotación política y a los estereotipos que rodean al feminismo, frecuentemente asociado, de manera errónea, con posturas extremistas (Gómez-Ramírez y Reyes Cruz, 2008). En este sentido, el feminismo sigue siendo un concepto controvertido, especialmente entre los varones, las personas con ideología política más conservadora y quienes se identifican con creencias religiosas. El feminismo ofrece herramientas analíticas y transformadoras para cuestionar el orden de género. En el caso de la juventud, su identificación con esta perspectiva revela tensiones entre discursos igualitarios y resistencias culturales aún presentes (Amorós y De Miguel Álvarez, 2005).

Desde la perspectiva de Silvia Walby, la alta identificación con la lucha por la igualdad de género y el feminismo resulta especialmente relevante, ya que, a pesar de la persistencia de estereotipos y resistencias culturales, el feminismo actúa como un recurso clave para desafiar las estructuras tradicionales y fomentar el cambio social. Así mismo, y a pesar de las resistencias del poder masculino (Cobo, 2022), la teoría feminista también ha permeado en la juventud española para poder deconstruir los procesos culturales y normativos de opresión de género.Sin embargo, este impacto es más evidente entre las mujeres jóvenes.

Los resultados sugieren que los varones jóvenes, en base a una menor identificación con la lucha por el feminismo, pueden no sentirse interpelados respecto a la agenda feminista y percibir los problemas de género como cuestiones que solo afectan a las mujeres (Millet, 1970), en lugar responsabilizarse y reconocerlos como fenómenos sistémicos, estructurales y políticos. Esta visión minimiza la responsabilidad tanto individual como social y subestima el papel de las políticas públicas en la promoción de la igualdad de género. En consonancia con otras investigaciones, se observa como los varones tienen mayor resistencia a reconocer desigualdades estructurales debido a su socialización en una cultura que minimiza la violencia simbólica.

La comprensión de las diferencias dicotómicas de sexo y la configuración de las expectativas de género influye de manera significativa en el bienestar de la juventud española y en la efectividad de las políticas públicas destinadas a garantizar la equidad (Archer, 2004). En este sentido, los hallazgos refuerzan investigaciones previas que indican que el machismo sigue estando presente en la juventud, con implicaciones directas en la percepción de la violencia contra las mujeres (Gutiérrez et al., 2024). Si bien la relación entre el sexismo hostil y la violencia de género ha sido ampliamente documentada, este estudio también pone en evidencia el papel del sexismo benevolente, el cual, aunque menos explícito, refuerza estereotipos tradicionales y limita las oportunidades de las mujeres.

La conexión entre el sexismo ambivalente y la violencia de género entre los jóvenes sigue siendo un aspecto crucial para entender la persistencia de actitudes de dominación y control en las relaciones de pareja. Diversas investigaciones han señalado que el sexismo hostil en adolescentes está fuertemente asociado con comportamientos violentos dentro de la pareja, lo que subraya la importancia de abordar estas actitudes desde edades tempranas como medida preventiva (Madrona-Bonastre et al., 2023). Además, los resultados sugieren que la mayor identificación de la juventud española con la igualdad de género, en comparación con el feminismo, podría estar influenciada por la persistencia de valores tradicionales y estereotipados, manifestados en la prevalencia del sexismo benevolente. Aunque a menudo se percibe como inofensivo, este tipo de sexismo mantiene una visión de los roles de género rígida y asimétrica, obstaculizando el avance hacia una igualdad real.

El análisis también evidencia que las mujeres jóvenes presentan una mayor identificación con ambos conceptos en comparación con los hombres, lo que refleja el impacto de la socialización de género. Asimismo, se observa que la identificación con el feminismo y la igualdad de género es significativamente menor entre los jóvenes que nunca han tenido una relación de pareja, lo que podría indicar un menor desarrollo de empatía hacia las problemáticas de género (Jonasdottir, 1993). Los consumos culturales pueden estar incidiendo en estas diferencias por sexo. Díaz, Torrado y Gutiérrez (2023) advierten de las consecuencias del consumo de pornografía, ya que constituye una escuela de desigualdad donde jóvenes y adolescentes se socializan en unas actitudes violentas hacia las mujeres.

Las mujeres jóvenes que se identifican con el feminismo tienden a mostrar una menor tolerancia hacia conductas de control y violencia en las relaciones de pareja, como se ha evidenciado en estudios previos (Vives et al., 2021). Esto tiene implicaciones directas en la salud, tanto física como emocional, de las mujeres jóvenes, ya que las víctimas de violencia de género presentan tasas más elevadas de ansiedad, depresión y dolor crónico. Estos hallazgos refuerzan la noción de que la violencia de género no solo es una manifestación de desigualdad de poder, sino también un problema de salud pública con un impacto significativo en el bienestar de las mujeres (Sanz, Rey y Otero, 2014). Los datos obtenidos que indican una menor implicación en la lucha por la igualdad de género y el feminismo, influido por diversos factores (sexo, ideología política, religiosidad, entre otros), puede contribuir a invisibilizar diversas formas de sexismo y a normalizar la violencia machista. La reivindicación y conceptualización de este tipo de violencia por parte de la teoría feminista, así como la inclusión en su agenda política, favorece su identificación, visibilidad y denuncia.

Finalmente, en cuanto a la orientación sexual, los resultados son consistentes con estudios previos que sugieren que la atracción no heterosexual parece estar asociada a valores de igualdad de género (Madrona-Bonastre et al., 2023). Este hallazgo refuerza la idea de que la diversidad sexual puede desempeñar un papel en la deconstrucción de los roles de género tradicionales y en la adopción de perspectivas más igualitarias.

Por lo tanto, dado que la población objeto de estudio se encuentra en un proceso de formación no solo académico, sino también vital, la pedagogía feminista proporciona herramientas esenciales para reflexionar sobre las dinámicas de poder y las expectativas sociales impuestas sobre hombres y mujeres. Esto resulta fundamental para cuestionar el sexismo estructural y promover una cultura más igualitaria entre la juventud (Revelles y Ramos, 2019). De acuerdo con Iglesias (2024), urge la necesidad imperiosa de implementar una coeducación efectiva en todos los ámbitos educativos, capaz de combatir las resistencias que aún enfrentan las iniciativas feministas y de igualdad de género arraigada en la sociedad.

La mayor identificación de las mujeres frente a los hombres pone en evidencia los efectos persistentes de la socialización diferencial: mientras a ellas se les educa en valores relacionales y de cuidado, a ellos se les instruye en el desapego emocional y en la reafirmación de privilegios. En paralelo, la menor identificación en varones podría explicarse por la pervivencia de dinámicas de fratría que refuerzan formas tradicionales de masculinidad, resistentes a los discursos feministas. Además, la homofilia social se expresa claramente en los datos: los jóvenes de ideología de derechas, religiosos o heterosexuales tienden a agruparse en entornos donde el feminismo es percibido como una amenaza al statu quo, reproduciendo creencias contrarias a la igualdad. En cambio, los espacios más permeables a la diversidad, como aquellos en los que se expresan identidades sexuales no normativas o posturas políticas progresistas, favorecen la identificación con el feminismo y la igualdad de género al fomentar una mayor exposición a discursos críticos y transformadores (Torrado Martín-Palomino, 2022).

 

 

7. Conclusiones

 

 

El sexismo, entendido como un sistema de creencias que perpetúa la desigualdad de género, está estrechamente relacionado con la violencia de género en la juventud. Los resultados de este estudio confirman que el rechazo al movimiento feminista puede estar vinculado con la persistencia del sexismo en adolescentes, lo que resalta la necesidad de continuar profundizando en su análisis desde la academia. Para ello, es fundamental seguir considerando variables como el sexo y la edad, la ideología política y el activismo, el deseo y la orientación sexual, las dinámicas de relaciones interpersonales, los flujos migratorios y el nivel socioeconómico en futuras investigaciones científicas. Asimismo, estas variables deben guiar el diseño de intervenciones públicas dirigidas a la prevención de la violencia contra las mujeres y la promoción de la salud mental en la juventud.

Los hallazgos evidencian la necesidad de fortalecer la inclusión de una perspectiva de género en estudios académicos y políticas públicas, con el objetivo de abordar tanto la desigualdad percibida como la internalización de prejuicios sexistas ambivalentes. En este sentido, sería recomendable que el INJUVE y otros informes sobre juventud mantengan la evaluación periódica de estas cuestiones, asegurando así un seguimiento riguroso del impacto de las políticas de igualdad en la población joven.

Además, este estudio subraya la importancia de seguir promoviendo una comprensión profunda y matizada del feminismo y la igualdad de género entre la juventud, dado que estas cuestiones están directamente relacionadas con la salud y el bienestar de las mujeres, así como con la prevención de la violencia de género. La incorporación de estos temas en los programas educativos resulta clave para reducir el sexismo ambivalente y fomentar actitudes igualitarias que contribuyan a una mejora de la calidad de vida en toda la sociedad.

Los resultados también destacan la urgencia de implementar programas de educación en igualdad con una perspectiva feminista desde edades tempranas, con el fin de mitigar actitudes sexistas y reducir la tolerancia hacia la violencia, particularmente en el ámbito de las relaciones de pareja en jóvenes. En este contexto, las dinámicas transformadoras y la interseccionalidad cobran especial relevancia, dado que permiten una aproximación integral que contemple los impactos del machismo y la violencia de género en la salud física y mental de las mujeres.

Como limitaciones de este estudio, la fecha de los datos analizados corresponde al 2020, fecha del último INJUVE (2021). Los resultados pueden haber sufrido modificaciones significativas en estos últimos años. En este sentido, sería recomendable que en el próximo informe, dicha institución incluyera de nuevo las preguntas que han sido objeto de estudio en este artículo.

Todos estos hallazgos confirman la influencia estructural de los procesos de socialización y agrupación social en la identificación juvenil con la igualdad de género y el feminismo. Queda patente la necesidad de una intervención integral que no solo promueva la igualdad de género, sino que también ofrezca recursos de apoyo y educación emocional para la sociedad en su conjunto, con especial atención a la población joven. Solo a través de una estrategia multidimensional, que abarque la educación, la salud y la acción institucional, será posible avanzar de manera efectiva hacia una sociedad más equitativa y libre de violencia de género.

 

 

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