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The Evolution of the Construction of the Image of China in the Late Ming Dynasty in Europe
La evolución de la construcción de la imagen de China de la tardía dinastía Ming en Europa
欧洲晚明中国形象构建的演变
魏京翔
* Dr. Wei Jingxiang (Doctorado, Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing), Profesor Titular del Departamento de Español de la Universidad de Economía y Comercio Internacional. Sus áreas de investigación son al estudio de la historia de la Sinología Española y de la historia de las relaciones culturales chino-occidentales.
0009-0006-2919-7718
Sinologia Hispanica, China Studies Review, 19, 2 (2024), pp. 131-152
Wei Jingxiang*
Escuela de Estudios Extranjeros
Universidad de Economía y Comercio Internaciona
Beijing, China 100029
Abstract: During China's late Ming period, European geographical discoveries and navigational activities led to the arrival of the first European missionaries to the Chinese Empire. Many of them recorded their experiences and observations in China, and their writings contributed to the construction of China's image in European intellectuals. Among them, one of the first encyclopedic treatises on China was Historia de las Cosas más Notables, Ritos y Costumbres del Gran Reyno de la China, written by the Spanish missionary Juan González de Mendoza in 1585. In addition, the work Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Jesús en la China y particulares sucessos que tuuieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reyno of the Spanish Jesuit missionary Diego de Pantoja in 1602, also constitutes an important historical document that contributes to the construction of the image of China in the 16th and 17th centuries in Europe, as well as an important text in the first studies of Spanish sinology. Through the comparison and investigation of these two texts, a preliminary understanding of the process of constructing China's image in Europe can be obtained.
Key Words: construction of the image of China; text comparison; early Spanish sinology; late Ming dynasty.
Resumen: Al final de la dinastía Ming de China, los descubrimientos geográficos y las actividades de navegación europeas llevaron a la llegada de los primeros misioneros europeos al Imperio Chino. Muchos de ellos registraron sus experiencias y observaciones en China, y sus escritos contribuyeron a la construcción de la imagen de China en la intelectualidad europea. Entre ellos, uno de los primeros tratados enciclopédicos sobre China fue Historia de las Cosas más Notables, Ritos y Costumbres del Gran Reyno de la China, escrito por el misionero español de Juan González de Mendoza en 1585. Además, la obra Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Jesús en la China y particulares sucessos que tuuieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reyno del misionero jesuita español Diego de Pantoja en 1602, también constituye un importante documento histórico que, contribuye a la construcción de la imagen de China de los siglos XVI y XVII en Europa, así como un importante texto en los primeros estudios de sinología española. A través de la comparación e investigación de estos dos textos, se puede obtener una comprensión preliminar del proceso de la construcción de la imagen de China en Europa.
Palabras clave: construcción de la imagen de China, comparación de texto, sinología española temprana, la tardía dinastía Ming.
摘要:晚明时期,欧洲地理大发现与远洋航海活动的发展,使得古老的中华帝国迎来了最早的一批欧洲传教士。他们之中许多人都留下了有关中国的见闻记录,其文本共同构建了十六世纪欧洲人眼中的中国形象。西班牙奥古斯丁修会神父胡安·冈萨雷斯·德·门多萨于1585年出版的《中华大帝国史》和西班牙来华耶稣会士庞迪我于1602年所著的《数位耶稣会神父入华、奇遇及珍闻纪实》不仅全面论述了大明帝国的舆情,而且作为促进欧洲构建真实中国形象的重要史料和早期西班牙汉学研究的珍贵文献,通过对上述两种文本的比较研究,可以初步探知十六世纪西方中国形象演变的历程。
[关键词] 中国形象构建;文本比较;西班牙早期汉学;晚明
Received:
Accepted:
March 2024
September 2024
132
欧洲晚明中国形象构建的演变
The Evolution of the Construction of the Image of China in the Late Ming Dynasty in Europe
魏京翔
1. Diego de Pantoja y Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Iesús en la China y particulares sucessos que tuvieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reyno1
1.1 El viaje a China de Diego de Pantoja
Diego de Pantoja (nombre chino: 庞迪我, 1571-1618)(Jin, 2021: 29-35), cuyo nombre de cortesía en chino顺阳, nacido en el pueblo español de Valdemoro. Su padre, Diego Sánchez, y su madre, Mariana Pantoja, provenían de una prominente familia católica con una notable trayectoria. Las dos familias, llenas de talentos, no sólo tenían doctores en teología y catedráticos de la Universidad de Alcalá, sino también jueces de la Inquisición. Debido a esto, Diego de Pantoja creció inmerso en un ambiente religioso y devoto desde su infancia. En 1589, Diego de Pantoja se unió a la Compañía de Jesús. A partir de entonces, estudió bajo la tutela del padre Luis de Guzmán, quien era obispo en la diócesis de Toledo. En ese momento, esta ciudad era una localidad crucial para la comunicación y el intercambio entre la Iglesia Católica y el mundo oriental y muchos misioneros partían desde allí hacia China, Japón y la India. La profunda devoción religiosa del padre Guzmán despertó en Pantoja gran pasión y un fuerte sentido de responsabilidad de difundir el catolicismo en el oriente. En el siglo XVI, la Compañía de Jesús estaba expandiendo sus áreas de misión hacia el Este, con el objetivo de consolidar su posición dentro de la Iglesia Católica. Cuando el superior de la Provincia Evangélica de la Compañía de Jesús en Japón visitó Toledo para reclutar misioneros para el oriente, el joven Diego de Pantoja sintió que su destino lo llamaba. Convenció a su familia, inicialmente reacia a dejarlo marcharse, y partió desde Lisboa, Portugal, en abril de 1596, llegando a Goa, la India, en octubre del mismo año. En 1597, finalmente arribó a Macao. Debido a los requisitos de la Compañía de Jesús de completar un programa de estudios teológicos de 14 años antes de emprender la labor misionera, Diego de Pantoja decidió continuar sus estudios en Macao bajo la tutela de los jesuitas.
En 1598, Diego de Pantoja recibió la orden de viajar a Japón como misionero, pero debido a los disturbios en ese país, no pudo llevar a cabo su misión. A finales de octubre de 1599, fue recomendado por el padre portugués Manuel Dias Sénior(李马诺, 1560-1639), quien era el Rector del Colegio de Macao de la Compañía de Jesús, para ir a China y ayudar al padre Matteo Ricci, quien ya llevaba casi 20 años en la evangelización de China y se dirigía por segunda vez a Pekín. Diego de Pantoja, inmediatamente se adentró en el continente chino junto con otro jesuita italiano Lazzaro Cattaneo (郭居静,1560-1640), ingresando de manera clandestina desde Cantón y luego navegando hacia el norte del imperio chino. En marzo de 1600, llegaron a Nankín y se encontraron con Matteo Ricci. En ese momento, la estrategia principal de los misioneros jesuitas en China, liderados por Ricci, era dirigirse a Pekín y tributar preciosos objetos occidentales al emperador, con el objetivo de despertar su interés por la cultura occidental e incluso convertirlo al catolicismo. Siguiendo esta política, Diego de Pantoja y el grupo de misioneros, encabezados por Matteo Ricci, se dirigieron a lo largo del Gran Canal (大运河) en mayo de 1600, en dirección a la capital del Imperio de Ming. Después de enfrentar numerosos desafíos y dificultades, finalmente llegaron a Pekín en enero de 1601. Presentaron sus tributos al emperador Wan Li (万历皇帝朱翊钧, 1573-1620) y lograron establecerse en la ciudad, comenzando oficialmente su labor misionera en China. Durante este proceso, Diego de Pantoja viajó desde Macao, el extremo sur de China, hasta Pekín, presenciando los paisajes y las costumbres sociales de China, adquiriendo un profundo conocimiento de la cultura china, lo que tuvo un impacto significativo en las posteriores descripciones sobre este imperio del propio Pantoja.
1.2 Introducción de Relación
En 1602, Diego de Pantoja escribió una extensa carta a su mentor, el padre Guzmán, titulada Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Iesús en la China y particulares sucessos que tuvieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reyno2. La Relación fue escrita después de que la delegación jesuita lograra realizar su audiencia con el emperador Wan Li y comenzar a instalarse allí. En ella, Pantoja detalló lo que él había visto y experimentado, especialmente los diversos aspectos sociales de China y su gente. A pesar de enfrentar numerosos desafíos y dificultades desde su llegada a China, incluyendo problemas de salud debido a la adaptación al nuevo entorno y enfermedades estomacales(Zhang, 2009:38), Diego de Pantoja consideró este viaje hacia el norte como una oportunidad importante, y la Relación fue un informe temporal de su labor misionera en China dirigida al padre Guzmán. De hecho, las experiencias pioneras y propias en el terreno chino por Diego de Pantoja hicieron que esta carta fuera más creíble y profunda en contenido en comparación con los estudios sinológicos previos sobre China. Por lo tanto, la Relación se difundió ampliamente en Europa, y desde su primera publicación en 1604 hasta 1625, fue traducida al inglés, latín, alemán, francés e italiano, siendo publicada en 10 ocasiones. Antes de las obras de Matteo Ricci y Nicolas Trigault, la Relación se convirtió en una de las fuentes principales de información sobre China en Europa en esa época(Ye, 2019: 395-397).
La Relación de Diego de Pantoja se divide en dos partes principales. La primera narra la situación general de la Compañía de Jesús en China después de que Diego de Pantoja llegara a Macao en 1597, así como la experiencia del viaje hacia Pekín, junto con el padre Matteo Ricci. En ella, también se llenan los comentarios y reflexiones de Pantoja sobre lo que ha presenciado durante ese proceso. La segunda, se centra en la descripción de la China de la época de finales de la dinastía Ming. No sólo amplía lo que ha mencionado en la primera parte, sino también relata un panorama enciclopédico de la China del siglo XVI.
En general, aunque actualmente existe un gran vacío de investigaciones especializadas sobre la Relación, este artículo lo toma un alto valor académico por las siguientes razones: primero en todo, la Relación proporciona, casi por primera vez, una imagen verosímil de China para Europa, según las experiencias de primera mano de un español que viaja desde el sur hasta el norte de este país, y su contenido puede ser comparado y respaldado por las narraciones posteriores del padre Matteo Ricci. En segundo lugar, esta carta explora de manera efectiva cómo los jesuitas en China forman la famosoa”política de adaptación”(“传教适应策略”)para la evangelización china. Por tercero, la Relación es uno de los primeros documentos europeos que cuenta China, especialmente por su descripción detallada del interior del palacio imperial, siendo la primera vez en la historia que se realiza tal relato. La Relación desempeña un papel crucial en la historia de la sinología de España, y es de gran importancia para comprender la evolución y los cambios de la visión de China en la Europa desde finales de la dinastía Ming.
En los siglos XVI y XVII, una de las fuentes más importantes para que los europeos conocieran China fue el libro Historia de las Cosasmás Notables, Ritos y Costumbres del Gran Reyno de la China, Sabidas asi por los Libros de los Mismos Chinas, como por Relaciones de los Religiosos, y otros Personas que Han Estado en el Dicho Reyno3, escrito por Juan González de Mendoza, fraile agustino español, en 1585(Gao, 2024: 4). Esta obra fue una de las más exhaustivas introducciones a China en el siglo XVI y fue considerada como una enciclopedia china antes de la publicación de De Christiana expeditione apud sinas suscepta ab Societate Jesu. Ex P. Matthaei Riccii eiusdem Societatis commentariis Libri V: Ad S.D.N. Paulum V. In Quibus Sinensis Regni mores, leges, atque instituta, & novae illius Ecclesiae difficillima primordia accurate & summa fide describuntur de Matteo Ricci. En la época de Pantoja, la mayoría de los intelectuales en Europa han leído la Historia para obtener su primer conocimiento sobre China. Figuras prominentes como Francis Bacon y Montesquieu se basaron en esta obra para crear su propio artículo sobre China(Zou, 2017: 43-50). No obstante, es importante destacar que Juan González de Mendoza no visitó personalmente China. La información utilizada en su obra proviene de misioneros que habían estado en China, como Gaspar da Cruz, un misionero portugués, autor de Tractado em que se cōtam muito pol estéco as cous da China, y Martín de Rada, fraile agustino español, quien escribió un diario sobre su viaje por las ciudades litorales de la provincia de Fujian. Además, también se basó en algunos libros en chino, traducidos al español por chinos en las Filipinas. Tanto la Relación como la Historia son textos que proporcionan una visión integral de China. Al comparar ambos, no solo se puede tener una mejor comprensión de cómo era China en la perspectiva de los europeos en el período de finales de la dinastía Ming, sino que también nos permite ver el desarrollo temprano de las interacciones entre China y Europa.
Los textos de Juan González de Mendoza y Diego de Pantoja pueden ser analizados en términos de descripciones externas e internas. Las descripciones externas se refieren a los aspectos visibles y materiales de la imagen de China, como la geografía del país, el nivel de desarrollo económico, el sistema político y la fisonomía general de la sociedad. Por otro lado, las descripciones internas se centran en los aspectos espirituales y creativos, como el nivel de la tecnología, el sistema de conocimiento, las concepciones morales y las creencias religiosas. Realizaremos un análisis comparativo de ambas partes desde estos dos vertientes.
2.1 Descripciones materiales
Desde la perspectiva externa, tanto la Relación como la Historia presentan una visión similar de China, es decir, una próspera y poderosa nación oriental, con rica cultura y estructura política sólida. Además, existen evidencias que sugieren que Diego de Pantoja ha citado la obra de Mendoza y ha profundizado y desarrollado sus puntos de vista.
La China que Mendoza describió era de la dinastía Ming antes de 1585, cuya prosperidad y desarrollo eran suficientes para hacer envidia a los europeos. Bajo el reinado de Ming, China se destacaba por su larga historia, vasto territorio y una gran población. En la Historia, Mendoza afirmaba no de una vez las superioridades de China: la fertilidad de tierras, los recursos naturales extremadamente abundantes, los productos de buena calidad y a precios bajos y una economía muy desarrollada en todos los sectores; muchas ciudades grandes y pequeñas, múltiples divisiones administrativas, construcciones avanzadas por vías acuáticas y un flujo logístico sin problemas. Mendoza también elogiaba la habilidad y laboriosidad del pueblo chino, destacando su destreza en la agricultura y las artesanías. Describía el sistema político de China como una monarquía absolutista centralizada, respaldada por una burocracia de eruditos seleccionados a través del sistema de exámenes imperiales. En cuanto al aspecto militar, se enfatizaba el tamaño del ejército chino, pero también se resaltaba su inclinación hacia la paz y la amistad con sus vecinos(González de Mendoza, ٢٠٠٩).4 En cuanto a Diego de Pantoja, en su Relación, comparte en gran medida los comentarios del precedente y presenta una imagen atractiva de China.
Actualmente, la mayoría de los investigadores acepta generalmente que Diego de Pantoja ha consultado los relatos de Mendoza, aunque en el texto original de la Relación no menciona el nombre de ningún libro, lo que dificulta determinar qué libros o fuentes documentales influyeron en su escritura o cómo contrastó su visión de China con sus propias experiencias presenciales. A pesar de esto, podemos hacer algunas especulaciones en base al contexto, y por ejemplo, en el cuarto párrafo de la segunda parte de esta carta, Pantoja dice:
Antes de partir de España, leí un libro sobre China que mencionaba el almizcle y otras cosas que vi con mis propios ojos más tarde. El libro tenía muchas imprecisiones, ya que aunque contenía mucha información precisa, también estaba lleno de información falsa, probablemente especulaciones del autor(Diego de Pantoja, 2011: 139).
Consideramos que el libro a que Pantoja se refiere aquí es justamente la Historia. El gran historiador chino Zhang Kai, en su obra Diego de Pantoja y China, ofrece cuatro testimonios que apoyan la afirmación de que Diego de Pantoja ha citado a Mendoza: “todo lo que Diego de Pantoja menciona en su larga carta sobre China antes de su viaje a Asia proviene del contenido de la Historia de Mendoza y no de otros escritos de la época”(Zhang, 2009:15). La académica Medina Baena, de la Universitat Oberta de Catalunya, también apoya la opinión de Zhang Kai en su investigación.5 Teniendo en cuenta las investigaciones anteriores y considerando la gran difusión de la Historia, tenemos motivos para afirmar que Diego de Pantoja ha leído este libro, e incluso es posible que haya consultado fuentes más antiguas que también fueron utilizadas por Mendoza, como el Discurso de la navegación que los Portugueses hazen à los Reinos y Provincias del Oriente, y de la noticia que se tiene de las grandezas del Reino de la China de Bernardino de Escalante.
En realidad, después de su llegada a China, Diego de Pantoja, de verdad, pudo corroborar y confirmar muchas de las descripciones de Mendoza sobre el país, pero aún más importante, pudo corregir las informaciones inexactas en la Historia y otros escritos europeos de la época, basándose en sus propias experiencias en China. Las correcciones de Pantoja se dividen principalmente en las cinco puntos:
En resumen, antes de la publicación de la Historia de Mendoza, el conocimiento de China en Europa durante el siglo XVI era parcial y estaba lleno de mitos y fantasías. Mendoza fue el primero en proporcionar informaciones objetivas y completas de este país asiático. De modo que, Diego de Pantoja, en su Relación, heredó y desarrolló aún más los puntos de vista de su predecesor y añadió sus propias experiencias y perspectivas.
2.2 Descripciones espirituales
Si bien es cierto que Mendoza y Pantoja construyeron imágenes similares de China en términos de la faceta “visible”, sus escritos revelan una notable heterogeneidad cuando se adentran en aspectos más profundos de China. Aunque comparten una postura básicamente similar, Mendoza comete varios errores en sus descripciones detalladas de China, incluyendo elementos imaginarios, mientras que Pantoja adopta una perspectiva más objetiva. Las diferencias entre los dos sacerdotes en cuanto a la descripción interna de China se reflejan principalmente en temas religiosos, sociales, tecnológicos y de conocimiento, así como en la fuerza militar.
2.2.1 La religión china
Para Mendoza y Pantoja , no hay duda de que el núcleo de sus escritos se centra en el tema religioso. Su objetivo subyacente al escribir es discutir y presentar a la sociedad occidental los valores, posibilidades y enfoques de las actividades misioneras y coloniales en China. La estructura de ambas obras también respalda esta opinión: Mendoza dedica un volumen completo en su trilogía para hablar sobre las creencias religiosas en China, mientras que en la Relación de Pantoja se aborda específicamente el tema religioso en una sección aparte. Sin embargo, a pesar de su interés común, los dos sinólogos siguen caminos diferentes en su tratamiento.
Según el académico francés de literatura comparada, Roland Barthes, la “imagen” es la descripción del “yo” sobre la “otredad”(Daniel-Henri, 1994: 60). Por un lado, el “yo” observa al “otro”, y la imagen del “otro” también transmite una cierta imagen del “yo” como observador, hablante y escritor. Este “yo” desea hablar sobre el “otro” (a menudo por diversas razones urgentes y complejas), pero al hablar sobre el “otro”, tiende a negarlo, y así habla sobre sí mismo. Por otro lado, la “imagen” no solo retrata al sujeto y al objeto en sí, sino que también revela las relaciones interraciales e interculturales entre ambos. En la Historia y en la Relación, Mendoza y Pantoja, al escribir sobre una China idealizada, implican no solo sus propios deseos, sino también los deseos ocultos de los europeos de esa época, es decir, hacer que España o toda Europa sean tan prósperas como China, y argumentan que la evangelización e incluso la colonización de China tienen un valor extremadamente alto. Sin embargo, detrás de esto, para aquellos que se consideran a sí mismos como “yo” y desean difundir el catolicismo en China, es necesario recurrir a cuestiones religiosas para mantener su propia subjetividad al observar a un “otro” tan poderoso.
Para resolver este problema, Mendoza adoptó un enfoque que implicaba la inclusión de elementos ficticios e imaginarios para transmitir la idea de que “China tiene raíces cristianas”. Mendoza dedica un volumen completo de su obra para hablar sobre la situación religiosa en China, intentando emitir tres puntos a los lectores occidentales:
Antes de todo, China posee las raíces del cristianismo y los chinos son del pueblo de Dios. Por ejemplo, en el tercer capítulo de la Historia, Mendoza dice:
Hay evidencias sólidas que indican que los primeros colonos de este imperio eran descendientes de Noé. Viajaron en el arca que Dios ordenó construir para salvar a Noé, navegando desde Armenia hasta aquí, y luego, cuando las aguas se retiraron, el arca se detuvo (González de Mendoza, ٢٠٠٩: 27).
Además, al explicar el conocimiento chino sobre el origen del universo, se menciona:
En primer lugar, creen que el cielo, la tierra y el agua eran originalmente una sola entidad, sin principio ni fin. Un dios celestial de poder infinito llamado Taiyi separó el cielo y la tierra, con el cielo en lo alto y la tierra hundiéndose en su posición actual. Dicen que Taiyi creó un hijo llamado Pangón y una hija llamada Pangona. Pangón utilizó el poder que Taiyi le otorgó para crear un hijo llamado Tianhuang y otros trece hermanos (González de Mendoza, ٢٠٠٩: 49).
Estos argumentos pueden tener el origen de las historias bíblicas o pueden ser producto de la formación de palabras en español, agregando un sufijo femenino después de “Pangón”. En la Historia, contiene muchas afirmaciones similares que integran la historia de China en la narrativa cristiana.
El segundo punto es que el santo Tomás había estado en China predicando, lo que indica la existencia de una base cristiana en este gran imperio y, por lo tanto, la viabilidad de la evangelización en el país. Mendoza también utiliza muchos rumores y leyendas para atribuir varios fenómenos a la presencia del santo Tomás en China, aunque la mayoría de estas especulaciones carecen de fundamentos sólidos y lógicos, y resultan difíciles de verificar. Desde la perspectiva actual, estas afirmaciones parecen ser más bien forzadas y conjeturales.
Lo último es que las religiones, el culto a los ídolos y los mitos populares en China son considerados como estúpidos, erróneos y perjudiciales, pero se confirma la posibilidad de que los chinos acepten el bautismo. En su obra, Mendoza realizó una detallada exposición sobre la religión y los mitos de China, como la explicación de los principales ídolos adorados chinos: Sichia (释迦佛, Shakyamuni), Guanina (观音菩萨, Guanyin) y Neoma (妈祖林默, posiblemente se refiere a la diosa Mazu Linmo), así como una serie de mitos desde la creación del mundo por Pangu (盘古) hasta el Emperador Amarillo (轩辕黄帝). Sin embargo, al final de estas palabras, Mendoza critica a la cultura china desde una perspectiva del catolicismo, enfatizando que los numerosos ídolos adorados en China eran todos demonios que confundían la mente de las personas, y que muchos caían en el error de la adoración de ídolos, lo que resulta en una falta de “la verdadera enseñanza de nuestro sagrado Dios cristiano” (González de Mendoza, ٢٠٠٩: ٤٦). Respecto a la Génesis de los chinos, Mendoza lo desprecia aún más. Pero cuando analizaba la posibilidad de la evangelización en China, aseguraba que los chinos eran muy humildes y obedientes, fáciles de convertir, y que al igual que los chinos bautizados en Manila, solo necesitarían la presencia de misioneros en China para que los chinos aceptaran naturalmente la doctrina católica.
A través de descripciones vagas y narrativas imaginativas, Mendoza fusiona los mitos chinos dentro del marco de las historias bíblicas, logrando así una asimilación de la cultura extranjera en la cultura local. De esta manera, retrata una imagen de China que tiene raíces cristianas pero que actualmente está atrapada en herejías y doctrinas erróneas, necesitada urgentemente de la salvación del evangelio. En general, Mendoza valora la importancia de la evangelización en China, pero sus argumentos sobre la viabilidad de la misión y los métodos utilizados están impregnados de elementos subjetivos e imaginativos. Incluso se podría decir que adopta una actitud optimista basada en suposiciones, al compensar las brechas culturales a través de escritos ficticios. En cuanto a las religiones locales en China, Mendoza las desprecia e incluso las estigmatiza, considerándolas como defectos espirituales de una China aparentemente perfecta desde el exterior.
Comparativamente hablando, las declaraciones y análisis de Pantoja sobre cuestiones religiosas en la Relación son mucho más objetivas y racionales. En ella, la discusión de la religión se concentra principalmente al final de la primera parte del libro, aunque también se mencionan brevemente durante la narración de los viajes jesuitas a Pekín. Pantoja explicaba específicamente al padre Guzmán la situación y el futuro del catolicismo en China, señalando que los chinos tenían tantas ventajas como desventajas para ser católicos:
Las ventajas: los chinos tienen una buena capacidad de comprensión y cumplen con los requisitos necesarios para creer en una religión; el gobierno no tiene leyes que prohíban a la población practicar su fe, y no existen leyes que sean incompatibles con la doctrina católica; Aunque el budismo es predominante en China, muchos budistas tienen un comportamiento negativo, lo que ha dañado la imagen del budismo y ha disminuido su competitividad.
Desventajas: la sociedad china tiene un nivel bajo de apertura hacia los extranjeros y no confía totalmente en ellos sino adopta un enfoque de aprendizaje hacia lo externo, sin creer ciegamente; la mayoría de los chinos valoran más los beneficios terrenales y son indiferentes o rechazan las ideas del catolicismo. Además, existen numerosas tradiciones culturales en China que entran en conflicto con la ética católica, como la costumbre de tener concubinas, lo que representa un gran obstáculo para la conversión de los chinos. Pantoja señala que este fenómeno también existe en otros países, pero en China se ve agravado debido a la influencia del pensamiento confuciano y otros factores.
A continuación, Pantoja dedica una parte considerable del texto para describir el estado y los logros de la Compañía de Jesús en la labor de evangelización en Nankín, así como para hacer una evaluación general del porvenir de la misión en China. Para Pantoja:
No debe dudar, si mi Señor Dios me asiste y derrama su sangre sobre los chinos (como ha sucedido en Japón y otros lugares), entonces se establecerá una Iglesia Católica de renombre mundial aquí, porque este es un gran país, con leyes estrictas, un gobierno justo, un pueblo culto, conocedor de la ética, capaz de comprender, dócil y puro, amante de la paz y la tranquilidad, sin perturbaciones de enemigos extranjeros, y con un futuro lleno de esperanza. Estas ventajas superan a las de otros países recién descubiertos y sin duda China se convertirá al catolicismo (Diego de Pantoja, 2011: 134).
Por lo demás, Pantoja explora también los métodos de evangelización en China. Considera que debido a la vasta extensión del país, es necesario formar sacerdotes locales para llevar a cabo la misión, ya que el clero europeo no puede servir una población tan grande. Los funcionarios de alto rango en China son vistos como posibles colaboradores para el trabajo misionero. Por fin, Pantoja solicita a Guzmán que ore por ellos y que no sean expulsados de China, ya que de lo contrario su labor se verá frustrada y la tarea de evangelización será aún más difícil en el futuro. Esto refleja su ansiedad y sugiere las dificultades que enfrentan en la evangelización en China, siempre al borde de un desastre inminente. En cuanto a las divergencias en los detalles, por ejemplo, en la Historia, Mendoza relaciona directamente la leyenda del diluvio universal en China con el diluvio bíblico del cristianismo, mientras que Pantoja simplemente dice que los libros de historia chinos también hacen referencia a este fenómeno sin emitir juicios. Así, se puede observar que, aunque tanto Mendoza como Pantoja deseaban llevar a cabo la evangelización en China y en general seguían precisamente la “política de adaptación cultural” de la Compañía de Jesús en China, en comparación con Mendoza, Pantoja abordó de manera más completa, dialéctica y objetiva la cuestión religiosa en China. Esta objetividad y autenticidad en la construcción de la imagen de China se refleja en su relato casi en su totalidad basado en experiencias de primera mano, sin mezcla de elementos fantasiosos. Por lo tanto, en su descripción, China no es el fértil terreno idealizado y con raíces católicas innatas como lo presenta Mendoza, sino un lugar lleno de oportunidades, desafíos e incluso peligros.
Pantoja no adoptó la perspectiva eurocéntrica primitiva6 de Mendoza al criticar la cultura y religión locales en China, ni las denigró como “demonios” o “plagas” para despertar el disgusto o el sentido de misión en los lectores occidentales. Pantoja simplemente analizó de manera razonable el confucianismo, el budismo y otras ideas locales como competidores en el campo de la labor evangelizadora. Basado en sus propias experiencias y hechos objetivos, Pantoja reconoció el valor de la evangelización en China, examinando sus posibilidades desde ambos lados de la moneda y explorando diferentes enfoques. Por lo tanto, el contenido de la Relación es más objetivo, completo y profundo en comparación con el relato de Mendoza.
2.2.2 La sociología de China
Como “enciclopedias de China” del siglo XVI, la Relación y la Historia abordan múltiples sectores de la sociedad china: problemas sociales, ciencia y tecnología, fuerza militar, moralidad y ética, costumbres y ceremonias, entre otros. La Historia de Mendoza, tiende a demostrar aspectos positivos de la sociedad china, ignorando intencionalmente o incluso modificando los negativos, mientras que Pantoja en su Relación, adopta una perspectiva objetiva y neutral, con elogios y críticas.
Hablando de los problemas sociales, Pantoja no solo reconoce las virtudes de la sociedad china, sino que también revela y critica los males que pudo conocer. En la Historia, Mendoza suele evitar enfocarse en las partes negativas de China y muestra cierta reserva al respecto. Por ejemplo, en los relatos de Martín de Rada se menciona la corrupción frecuente entre los funcionarios chinos, pero este aspecto no se menciona en la obra del anterior. En cambio, aunque Pantoja también elogia a los funcionarios chinos, señala los casos de opresión hacia el pueblo, la recolección excesiva de impuestos y el abuso de poder en su Relación. Otro fenómeno social que atrae las atenciones de Pantoja consiste en su severa crítica al estricto sistema de reclusión de las mujeres y las prácticas opresivas como el vendado de pies, que explotaban a ellas. Con un tono compasivo, destaca la difícil situación de las masas populares, especialmente el sexo femenino, en la sociedad del final de la dinastía Ming. A diferencia de Mendoza, quien solo elogia la belleza, talento y virtud de las mujeres chinas, Pantoja enfatiza el papel de los sacerdotes en la promoción de la igualdad para las mujeres en el proceso de evangelización china (Diego de Pantoja, 2011: 151).
En cuanto a la ciencia y la tecnología de los chinos, Pantoja también hace juicios diferentes a los de Mendoza. Un ejemplo significante es el invento de la imprenta. En la Historia se menciona que aunque los europeos creen que la imprenta fue inventada por Johannes Gutenberg en Alemania, los chinos creen firmemente que fue inventada por ellos y luego se difundió a Europa. Mendoza está convencido de la veracidad del dicho chino, ya que ha visto libros impresos en China hace quinientos años y también se imprimen muchos libros que se venden a bajo precio. En cambio, en la Relación, Pantoja no investiga el origen de la imprenta, pero adopta una perspectiva de comparación cultural y señala que la imprenta china difiere mucho de la europea. Describe detalladamente la técnica de impresión en China y considera que es mucho más simple y avanzada que la técnica europea. Para probar su punto de vista, Pantoja pone otros ejemplos, tales como la calidad de los libros chinos es mejor que la de los europeos, que los caracteres chinos son más complejos que los europeos, pero que la mayoría de los comerciantes chinos saben leer y escribir.
Para la milicia de China, se relaciona directamente con las discusiones en las Filipinas sobre la posibilidad de colonizar China mediante la fuerza armada. Las autoridades filipinas presentaron un plan a la corona española para atacar China militarmente, y muchos misioneros también apoyaron esta idea. Sin embargo, en aquel momento, Esta colonia asiática dependía económicamente del comercio con China y tenía preocupaciones políticas sobre el crecimiento excesivo de las facciones locales, por lo que se dejó de lado esta propuesta. Y entre Pantoja y Mendoza, hay una gran diferencia en la descripción del nivel militar de China. En su libro, Mendoza dice que el inventor de los cañones es el Emperador Amarillo y que los cañones europeos fueron transmitidos desde China. Aunque el padre Rada afirmaba que los cañones chinos que había visto eran de mala calidad, Mendoza apenas menciona esto y enfatiza que hay informes que indican que los cañones chinos en realidad tienen una excelente calidad, y que las fortificaciones de las ciudades chinas están muy bien construidas y vigiladas día y noche. Por otro lado, Pantoja refuta que debido a la inclinación general de los chinos hacia la paz, los soldados chinos son considerados personas más despreciadas después de los monjes en su país. Los oficiales militares son seleccionados en función de su habilidad para escribir y no reciben el mismo nivel de respeto que los funcionarios civiles. Además, enfatiza que en todo el país, se valora más la cultura que las habilidades militares, y que las familias chinas no poseen armas. Otra objeción que Pantoja ofrece consiste en que los soldados chinos carecen de armas de fuego calificadas, solo tienen pistolas de aspecto decorativo y no hay nadie que sepa cómo manejar los cañones rudimentarios utilizados para la defensa de las murallas. Sin embargo, tal vez porque Pantoja mismo no apoyaba mucho la idea de conquistar China, después de esta descripción negativa, agrega una afirmación positiva sobre la capacidad militar de China, diciendo que aunque los soldados chinos carecen de habilidades de combate debido a la larga paz, en tiempos de guerra se convertirían rápidamente en valientes guerreros.
En resumen, en comparación con la Historia de Mendoza, Pantoja en su Relación hereda la noción de que China es un país poderoso y próspero y profundiza en varios aspectos los conocimientos chinos desde una perspectiva más detallada y dialéctica, lo que permite construir una imagen más completa, tridimensional y realista de China en los ojos de los europeos.
La obra de Mendoza ya era una cumbre de los escritos sobre China en Europa en ese momento, y Pantoja, al construir la imagen de China a través de su texto, logró mayor progreso en comparación con sus predecesores, tanto por razones objetivas como subjetivas.
3.1 Causas objetivas
La principal razón por la cual Pantoja tenía un conocimiento más profundo de China se debe a las fuentes de información diferentes. Sus descripciones sobre China se basó directamente en sus dos años de experiencia personal en el país. Acompañó a una delegación religiosa desde Macao hasta Nanjing, luego viajó hacia el norte a lo largo del Gran Canal hasta llegar a Pekín (e incluso alcanzó la frontera norte de la dinastía Ming). Durante su viaje, atravesó tres zonas climáticas diferentes: tropical, subtropical y templada. Recorrió las principales regiones costeras del sureste, el este y las llanuras del norte de China, y tuvo interacciones con ciudadanos, monjes, eruditos y hasta el propio emperador. En comparación con los misioneros anteriores que solo se habían limitado a la región costera del sureste de China, Pantoja tenía un conocimiento más completo de la geografía y los paisajes de China. Por lo tanto, sus escritos eran más detallados y profundos.
Otro motivo que diferencia la construcción de la imagen de China por parte de Pantoja de la de sus predecesores es el momento en que llegó a China. La obra de Mendoza se centra principalmente en la China anterior al año 1583, durante el reinado del emperador Wan Li de la dinastía Ming. Este período coincidió con las reformas de Zhang Juzheng(张居正, 1525-1582) y fue una época de transición entre la mitad y la etapa tardía de la dinastía Ming. Durante este tiempo, el país experimentó una época de prosperidad socio-económica, lo que facilitó la apertura hacia el exterior y los intercambios culturales entre China y Occidente.Sin embargo, después de la muerte de Zhang en 1582, el emperador Wan Li asumió el poder y dedicó poco tiempo a los asuntos de gobierno. Se centró en proyectos de construcción y llevó a cabo un gasto extravagante. Especialmente a partir del año 1596, el emperador envió eunucos a diversas regiones para ocupar cargos en la supervisión de minas y recaudación de impuestos, lo que condujo a una explotación sin límites y a la miseria del pueblo, generando agitación social. Fue en este contexto que Pantoja llegó a China y presenció una realidad distinta a la de los misioneros anteriores.
3.2 Causas subjetivas
Las diferentes intenciones de Pantoja y Mendoza al escribir sus obras resultaron en consideraciones distintas al retratar la imagen de China. Tanto la Historia como la Relación tenían el propósito de despertar el interés de los europeos en la difusión del catolicismo en China. Sin embargo, el primero tenía un enfoque más subjetivo y provocador, mientras que el segundo, debido a su naturaleza más centrada en informes misioneros, estaba sujeto a restricciones y presentaba un contenido más riguroso.
En 1580, el rey de España ordenó a Mendoza una misión a China con el objetivo de transmitir el deseo de establecer relaciones amistosas y solicitar permiso para comerciar a través de Filipinas. Sin embargo, debido a las luchas de poder entre la corona española y las diversas colonias, Mendoza hizo una escala en México y finalmente no pudo completar el viaje a China. Regresó a España y, basándose en la información recopilada en México, escribió su obra. En cuanto a las razones para escribir este libro, Mendoza dedica un prólogo al jefe de la máxima autoridad encargada de los asuntos de América y Filipinas, mencionando que el libro originalmente estaba destinado al predecesor fallecido de ese cargo. Sin embargo, fue después de regresar de México a España y reunirse con el Papa Gregorio XIII que le encomendaron la tarea de recopilar y publicar información relacionada con China. En el prólogo, Mendoza menciona tres propósitos para escribir el libro: en primer lugar, proporcionar referencias para el gobierno español y la Iglesia Católica en su misión de expandirse en China y despertar el deseo de salvar a las almas perdidas allí (González de Mendoza, ٢٠٠٩: 46); en segundo lugar, presentar las maravillas de China al mundo y aumentar el conocimiento de Europa sobre el país, disipando las dudas sobre los viajes de Marco Polo; y en tercer lugar, hacer un resumen y recopilación de las experiencias y declaraciones de sus colegas, es decir, otros misioneros en China. Y por supuesto, considerando la vida y experiencias personales de Mendoza, también se puede inferir que elaboró su Historia también para compensar la frustración de no poder realizar su plan de ir a China. Después de la publicación de la primera edición del libro, Mendoza expresó su insatisfacción debido a las limitaciones tecnológicas de impresión y, en combinación con las diversas razones mencionadas anteriormente, se puede observar su fuerte deseo de ampliar la influencia de la obra. Esto explica por qué agregó muchos elementos relacionados con la cultura europea en su escritura, así como declaraciones que hoy en día pueden parecer algo fantásticas.
Como lo que hablamos anteriormente, la extensa carta de Pantoja es un informe temporal sobre su trabajo misionero en China, dirigido a su mentor y superior, el Padre Guzmán. De hecho, al analizar el contexto histórico y el contenido de la Relación, se puede decir que Pantoja tenía la tarea de realizar investigaciones para su mentor. En ese momento, el Padre Guzmán estaba escribiendo una serie de libros titulada Historia de las Misiones que han hecho los religiosos de la Compañía de Jesús, para predicar el Sancto Evangelio en la India Oriental, y en los Reynos de China y Japon, que tenía totalmente diez volúmenes (Diego de Pantoja, 2011: 34) y algunos de los cuales estaban dedicados específicamente a China. Además, al comienzo de la segunda parte de su Relación, Pantoja escribe a Guzmán:
Con la ayuda de Dios, a continuación, hablaré sobre las costumbres, rituales y política de este reino que he presenciado. Sin embargo, debido a la falta de tiempo, no pude escribir en el orden que usted solicitó. Simplemente escribí lo que recordaba en el momento, y los relatos no están conectados de manera coherente. No pude escribir un borrador antes, como usted había pedido, ni clasificar los diversos asuntos(Diego de Pantoja, 2011: 136).
De esta declaración, podemos saber que, antes de que Pantoja partiera de España, el Padre Guzmán le habría pedido que realizara investigaciones y presentara informes para recopilar información para su obra. El contenido de la Relación sería precisamente los temas de investigación requeridos por el Padre Guzmán. Al mismo tiempo, la Compañía de Jesús tenía un sistema maduro de correspondencia, y los misioneros anteriores solían escribir las costumbres y tradiciones locales para que se compartieran dentro de la orden. Pantoja, al escribir esta carta, se habría basado en el contenido previo escrito por otros misioneros como referencia. También era consciente de que una vez que esta carta fuera escrita, sería compartida entre los miembros de la Compañía de Jesús. Por lo tanto, Pantoja se aseguró de que su escritura fuera más formal y rigurosa. Así, la Relación logró transmitir una imagen de China más avanzada en comparación con la Historia.
La compleja experiencia misionera de Pantoja en China hizo que sus expresiones fueran más auténticas. Debido a los años de arduo trabajo misionero en China que Pantoja experimentó (como se describe en la primera parte de la Relación), sus letras sobre China son posteriores a la desilusión (祛魅) que experimentó. Especialmente debido a los obstáculos y dificultades encontrados a lo largo de su camino, es posible que haya expresado críticas negativas hacia ciertas particularidades de China. Un ejemplo notable sobre los obstáculos que enfrentaron Pantoja en su viaje hacia Pekín es la intimidación del eunuco Ma Tang(马堂) en Linqing(临清), lo que le llevó una baja evaluación de la moralidad de los eunucos. Una vez en Pekín, las dificultades que Pantoja encontró por parte de los funcionarios locales también le hacen presenciar la cara oscura de la política china. Por lo tanto, es más propenso a explicar estos asuntos complejos desde una perspectiva neutral.
Este artículo analiza el contexto de la obra Relación de la entrada de algunos Padres de la Compañía de Jesús en la China y particulares sucesos que tuvieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reino, escrita por el misionero jesuita español Diego de Pantoja en 1602, y compara sus descripciones de China con la obra Historia de las Cosas más Notables, Ritos y Costumbres del Gran Reyno de la China, Sabidas asi por los Libros de los Mismos Chinas, como por Relaciones de los Religiosos, y otros Personas que Han Estado en el Dicho Reyno de Juan González de Mendoza en 1585. A través del estudio de la Relación de Pantoja, no solo podemos observar la evolución de la construcción de la imagen de China en Europa en el siglo XVI, sino también los factores culturales e históricos que subyacen a ella.En términos específicos, la Relación de Pantoja ha heredado la tendencia de escritura sobre el imperio chino, establecida por Mendoza y otros predecesores, y ha alcanzado un desarrollo más profundo en la descripción interna de China que nunca antes se había logrado. Este desarrollo se puede atribuir tanto a razones objetivas, tal cual bajo distintas etapas del reinado de dinastía Ming, como también a factores subjetivos con diferentes propósitos de la creación y la inclinación emocional del autor.
A través de los cambios de la imagen de China que se reflejan en el texto de la Relación, podemos ver que el intercambio cultural y la comprensión mutua entre europeos y chinos se desarrollaron sobre la base de una actitud igualitaria y amistosa. Esta historia también puede proporcionar una referencia valiosa para las interacciones actuales entre China y otros países. A medida que la economía de China y los intercambios con el resto del mundo han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, también ha existido un fuerte aumento en las demandas internacionales de estudios sobre China en diferentes países (Li, 2019: 2). Frente a los desafíos y transformaciones globales, las naciones deben buscar paz duradera y beneficios comunes obedeciendo el principio de Compartir la belleza, pero mantener la diversidad (美美与共,和而不同). Por fin, La Relación es un documento importante en los estudios tempranos de la sinología española y tiene un gran valor académico y esperamos, que en el futuro haya más investigaciones relacionadas con Diego de Pantoja y la Relación que contribuyan a este tema.
BIBLIOGRAFÍA
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1 Al siguente, se abrevia como Relación.
2 La versión de la Relación que ha citado este artículo es de la edición de Beatriz Moncó, y véase: Beatriz, 2011. Una explicación de utilizar la edición de Beatriz Moncó consiste en que aunque la Relación de Pantoja se puede encontrar su versión original en la Biblioteca Nacional de Portugal (https://purl.pt/16628/1/index.html#/1/html), la versión de Beatriz incluye numerosos comentarios y notas importantes sobre los documentos originales, lo que facilita a sus investigaciones académicas. Además, como menciona la propia Beatriz: “En esta edición he cambiado lo menos posible el texto de Pantoja, limitándome a completar los términos abreviados que pudieran dificultar la lectura y a quitar los reclamos. He dejado la ortografía de las palabras y la pronunciación como constan en el original utilizado”. Véase: Diego de Pantoja: Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Iesús en la China y particulares sucessos que tuvieron y de cosas muy notables que vieron en el mismo Reyno. Beatriz Moncó ed., Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid “Jiménez de Gregorio”, Castillo Grande de Valderas, 2011: IV.
3 Al siguente, se abrevia como Historia.
4 Sobre los contenidos concretos, véase: González de Mendoza, 2009. La causa de citar la versión traducida es que en la Historia de Mendoza existe muchos errores, especialmente cuando se trata de nombres de ubicaciones geográficas, instituciones oficiales y nombres de agencias gubernamentales. El traductor Sun ha verificado muchos materiales históricos chinos y los ha corrigido durante la traducción, lo que hace que la versión traducida sea más precisa que la descripción original en los nombres propios chinos.
5 Sin embargo, Medina Baena también cuestiona la frase citada de Zhang Kai. Ella considera que esta declaración es contradictoria por dos razones: en primer lugar, la Historia de Mendoza se basa en gran medida en los escritos previos de misioneros, y debido a sus propias limitaciones y de otros misioneros en el conocimiento del idioma chino, es poco probable que el contenido de su obra sea absolutamente auténtico. En segundo lugar, en su libro, Zhang Kai también menciona que Diego de Pantoja fue influenciado por el sistema interno de cartas de la Compañía de Jesús, lo cual no se puede confirmar definitivamente con los datos disponibles (Medina, 2015:19-20) .
6 A pesar de que el eurocentrismo se volvió predominante en el siglo XVIII, a finales del siglo XVI los europeos occidentales, representados principalmente por los portugueses y los españoles, ya mostraban una actitud de superioridad cultural cristiana frente a las civilizaciones del Océano Índico y las del este asiático, lo cual se considera su verdadero comienzo.
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